Neocolonialismo Norte-Sur ¿tendría forma de huevo?

Neocolonialismo Norte-Sur ¿tendría forma de huevo?

(Austin Alonzo)

La tendencia de los huevos de gallinas libres de jaulas nos llega desde Europa y Norteamérica, al igual que el equipamiento para producirlos. Dicho así, ¿es solo coincidencia o un exceso de suspicacia?

Siempre da gusto escuchar a cualquier dirigente gremial avícola cuando defiende esta actividad, y si ese líder encima es un agro empresario “de toda la vida”, pues todavía más, ya que sus verdades las cuenta con pasión y sin tapujos.

Hace unos días Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), contaba en la publicación oficial de ese gremio las vicisitudes de la producción de huevo en el país suramericano.

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Dentro de todo lo valioso que dijo, me llamó la atención que recalcara el origen de la tendencia de los huevos libres de jaula: “Se gestó en países que son ineficientes produciendo y que además son los únicos que venden el equipamiento necesario. Generan el problema y te venden la solución”.

Lo dice en medio de la actual coyuntura que padecen los avicultores argentinos que más que en ningún otro lado buscan como sea reducir costos para sobrevivir, debido a los “tarifazos” en la energía y el aumento de salarios.

Aunque se trata de un modo de producción que requiere mucha mano de obra, los promotores de los huevos libres de jaula (primero europeos y hoy también norteamericanos, australianos y hasta neozelandeses) aseguran que puede hacerse de forma más tecnificada.

Fabricantes como Vencomatic y Big Dutchman le dirán cómo y por cuánto. Pero antes de ponernos la trasnochada boina del Ché, debemos recordar que lo mismo ha pasado con toda la avicultura comercial de la que tanto ponderamos sus logros en eficiencia.

¿De dónde son las cuatro o cinco casas genéticas globales? ¿Y quiénes nos enseñaron sobre nutrición? ¿Cómo llegamos a los actuales niveles de conversión de 120 gramos de alimento por huevo, cuando no hace mucho se necesitaban 200? Nada de eso lo descubrimos solos, para que seamos sinceros.

Como lo hemos hecho siempre, creo que encontraremos la forma de aprovechar lo mejor de esa tendencia para mejorar el negocio. Nada más echarle un vistazo a esos nuevos aviarios (así le dicen) para saber que puede haber algo interesante en las ganancias no operativas de producir huevo.

Me refiero a lo que se puede conseguir con la gallinaza y la venta de las gallinas de final de ciclo, ya que la calidad del huevo no cambia. Y un ave de estas seguirá produciendo un huevo diario, libre o no. En Colombia, las viejas ponedoras subieron su precio 20 por ciento en 2016 y cada vez es más relevante que se encuentren en condiciones de salud y movilidad óptimas antes de su sacrificio.

Con tecnología, las excretas se podrían recoger con mayor eficiencia para, además de venderlas para la agricultura, facilitar su aprovechamiento en la generación de biogás y energía destinada a las propias instalaciones avícolas.

El neocolonialismo es innegable y seguirá; ya depende de nosotros cómo saborearle la clara y la yema a esta tendencia que se nos viene imponiendo.

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