Más impactos del COVID-19 en la avicultura argentina

Además de la aparición de contagiados en dos plantas de procesamiento, la proliferación general de casos altera el funcionamiento de empresas e instalaciones ubicadas en provincias avícolas.

Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), entidad gremial que reúne a los productores y exportadores de carne aviar en Argentina, comentó a Industria Avícola las repercusiones que hasta la segunda semana de junio se vienen sintiendo en este importante rubro de su avicultura comercial.

Aparte del brote registrado en la planta de beneficio de Granja Tres Arroyos en la localidad de Capitán Sarmiento (norte de la provincia de Buenos Aires), “superado ya y que entró de nuevo en operación desde el lunes, 8 de junio”, el líder gremial indicó que se presentó un nuevo caso en otra factoría avícola bonaerense. Esta vez, fue en Mar del Plata, en instalaciones de Prosavic.

También podría interesarle: 10 claves de la industria avícola chilena frente al COVID-19

“Ya se concluyó la fase de desinfección profunda y general de la planta. También el hisopado (toma de muestras) a todo el personal en contacto con el caso positivo detectado y es muy probable, si los resultados son buenos, que se vuelva a la operación finalizando la tercera semana de junio”, explicó Domenech.

En este punto vale señalar que ,luego del primer positivo detectado en Capitán Sarmiento, allí el hisopado posterior habría arrojado otros 23 contagiados dentro de los 261 operarios testeados por Granja Tres Arroyos, según informó el medio de comunicación Visión Regional.

Retomando lo dicho por el presidente de CEPA, la expansión de la pandemia hasta otra gran provincia avícola argentina, Entre Ríos, viene alterando allí el normal funcionamiento del negocio avícola, “sin que ello signifique que se hayan presentado más episodios dentro de los trabajadores”.

En específico, Domenech se refiere a la situación vivida en las poblaciones de Villa San Justo y Colón. En la primera, una localidad de 1,800 habitantes, “la gendarmería tiene un control estricto que impide la salida y entrada de personas, con el fin de mantener a raya el foco presentado con unas pocas personas. Eso ha perjudicado la operación de dos incubadoras de líneas pesadas (broilers) que funcionan allá. Se ha tenido que mover parte del proceso a otras plantas cercanas, aunque con un permiso especial todavía se está sacando pollito de un día”.

Sobre Colón, una ciudad entrerriana con 25,000 pobladores, se observa un panorama similar al de San Justo por la aparición de los primeros casos. “Allí hay tres frigoríficos, ninguno con positivos dentro de sus instalaciones, pero son los mayores empleadores del territorio y las medidas restrictivas a la movilidad sin duda están afectando su funcionamiento”.

Vea nuestra cobertura continua de la pandemia de COVID-19.

X