De acuerdo con la Asociación de Productores de Huevos (ChileHuevos), la producción bajo esta modalidad se duplicó en un año, aupada por una demanda creciente.
Si bien la participación de las modalidades libres de jaula en el total de la producción chilena de huevo de mesa sigue siendo muy pequeña, parece que estaría iniciando una tendencia creciente, al juzgar por el importante rendimiento alcanzado durante la pasada vigencia.
Así lo reportó el diario El Mercurio que, recogiendo estadísticas de la gremial ChileHuevos, informó lo siguiente: “En Chile se consumen 3,800 millones de huevos al año. De ese total, en 2017 solo un 1 por ciento eran huevos producidos en sistemas sin jaulas, pero en 2018 el porcentaje alcanzó el 2 por ciento, es decir: 76 millones”.
Estas cifras fueron comentadas por Pedro Albarrán, gerente general y fundador de Ecoterra, firma avícola especializada en ponedoras no enjauladas. “Sí, sigue siendo un número bajo en relación a la industria tradicional, pero el consumo se ha duplicado en solo un año. Hay más marcas, algunas formales y otras informales, pero lo que importa es que hay más conciencia”.
Siguiendo con los datos de ChileHuevos, apenas 2.5 por ciento de las 20 millones de gallinas de producción viven fuera de jaulas en Chile, es decir, 500,000 aves del total. Otros productores consultados por el mismo medio de comunicación añadieron que “ante la entrada de nuevos competidores, los precios se han visto presionados a la baja: si hace un año una caja de 12 huevos de gallinas libres costaba en promedio CLP3,500 (US$5.39), hoy es posible encontrar la misma cantidad por CLP3,000 (US$4.62)”.
La caja de huevos tradicionales, en cambio, bordea los CLP1,900 (US$2.93). El mismo dinamismo se ve en las marcas ofrecidas, “si hace un año había dos empresas ofreciendo sus huevos ‘libres’ en el supermercado, hoy son alrededor de ocho en total”. Algunas de estas firmas aseguraron que sus ventas crecieron de un año al otro en un 20 por ciento, pese a que el costo promedio del producto para el consumidor final puede ser hasta un 60 por ciento mayor.
Como el resto de países de la región, en Chile no hay normatividad clara sobre modalidades de producción, por lo que comercializar huevos puestos por gallinas en pastoreo o en piso de galpón es de alguna manera neutral para el consumidor. En consecuencia, las certificaciones en estos modelos como bienestar animal también son extrañas todavía. El mercado chileno del huevo de plato movió en 2018 más de US$601 millones.