Según datos del Instituto Latinoamericano del Pollo (ILP), la producción de pollo en Latinoamérica iba a ser de 26.3 millones de toneladas sin COVID-19, pero ahora no llegaría a los 23 millones.
La Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA) jamás imaginó que en su 50 aniversario este 23 de abril tendría que dar malas noticias a los productores avícolas de la región. En su más reciente boletín especial, titulado “Consideraciones y recomendaciones en torno al COVID-19 en la industria avícola”, la organización reveló que la avicultura regional deberá prepararse para un año de cifras negativas tras más de una década de crecimientos.
Según estimados del Instituto Latinoamericano del Pollo (ILP), adscrito a la ALA, la producción de carne de pollo en la región en el 2020 “oscilaría entre 17.9 y 22.9 millones de toneladas”. La proyección inicial del ILP para el 2020 antes del COVID-19 indicaba que la producción de pollo alcanzaría las 26.3 millones de toneladas, “con un crecimiento promedio de los últimos nueve años del 1.7%”. Esto significa que la producción dejaría de crecer en más de un 12% respecto a la proyección original.
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Las nuevas cifras se basan en las estimaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que proyectaron una reducción del comercio mundial en 2020 “de entre 13% y 32%” a raíz de la pandemia. Esta caída sería incluso “mayor” a la que se registró en la crisis financiera mundial de 2008-2009, con la dificultad de que el futuro en el 2021 es incierto, indica el reporte.
“Las empresas, a través de su gremio, deben conversar con sus autoridades nacionales de salud pública para proyectar en el tiempo la curva del COVID-19, y con ello tomar decisiones para los próximos meses”, recomendó la ALA en su boletín, en el que se resaltó que los productos avícolas no son transmisores del virus, por lo que es seguro consumirlos.
Avícolas: prepárense para lo peor
La organización latinoamericana, única en su clase por reunir a los avicultores de toda una región, instó a las empresas avícolas a conversar con sus gobiernos para mantener la producción, a pesar de las medidas de cuarentena en cada país. En los lugares donde haya restricciones a la movilización, “converse con sus autoridades para obtener excepciones” y salvoconductos para “sus colaboradores esenciales de producción y comercialización”.
También recomendó que se preparen “ante la posibilidad de una curva de larga duración, en la que la caída del consumo se incremente, proveniente de la limitada capacidad de los hogares de comprar alimentos, entre ellos los productos avícolas”.
En el caso de la comercialización de genética y vacunas, “tendrán que ajustarse posiblemente al uso de líneas aéreas de carga”.
En cuanto a los granos, se espera que sigan comercializándose, ya que el sector de las navieras “se está comportando de manera normal”.
¿Qué hacer para evitar caída en precios?
A pesar de que la oferta de carne de pollo y huevos “no tuvo afectaciones” en el primer trimestre del 2020, pues la declaración de pandemia ocurrió luego de que las empresas tuvieran colocada su producción, la ALA sugirió a los países que observen los cambios en consumo para tomar medidas como “reducir la colocación de huevos fértiles en las incubadoras”.
En el sector de huevos, “dada la estabilidad de la oferta —por el largo ciclo de producción—, la preparación empresarial debe centrarse en la evaluación de sus inventarios en función a las variaciones de la demanda de los productos”.
Ante la posibilidad de interrupciones en los comercios, la ALA reconoció que hay avícolas que han optado por “alternativas de comercialización no convencionales tales como la entrega directa a domicilio (delivery) y la implementación de aplicaciones de compra en líneas y rutas de distribución directa al consumidor”.
En los lugares donde hay especulaciones con los precios, la organización solicitó al sector avícola estar pendiente de los actores dentro de los canales de distribución “a fin de evitar que intermediarios acaparen productos”, lo cual incluso podría conllevar intervención gubernamental.
¿Cómo coordinar con las autoridades de gobierno?
Para la coordinación con las autoridades gubernamentales, la ALA recomendó:
- El establecimiento de protocolos de protección para empleados y colaboradores.
- La creación de un plan de manejo para la posibilidad de que algún empleado resulte positivo a COVID-19. Este plan debe coordinarse con las autoridades sanitarias, las empresas y los sindicatos.
- La solicitud de excepciones de movilización para las empresas avícolas.
- El reconocimiento de que la producción avícola es una actividad esencial para la seguridad alimentaria.
- El cabildeo por alivios financieros a empresas avícolas en medio de la pandemia.
La ALA muestra su apoyo al sector en su 50 aniversario
Pese a las difíciles circunstancias que atraviesa el mundo, el presidente del Consejo Directivo de la ALA, Luis Eduardo Valle Coello, indicó en un mensaje que estarán alertas ante los cambios que provoque el COVID-19 para informar y apoyar a la industria avícola. Indicó que se mantienen en comunicación con los gremios de cada país latinoamericano para monitorear la evolución de la enfermedad y determinar las acciones futuras.
El boletín especial no solo contó con la colaboración del ILP, sino con la del Instituto Latinoamericano del Huevo (ILH) y del Comité Técnico Científico, todas entidades adscritas a la ALA.