Si bien el triturado de estos animales ya era una práctica en declive dentro de la subvencionada avicultura helvética, desde 2020 no se podrá volver a realizar.
El Gobierno de Suiza aprobó recientemente “una enmienda a las leyes nacionales de protección animal que prohibirá a partir del 1 de enero de 2020 el triturado de pollos vivos, una práctica muy habitual en la industria alimentaria por la que miles de millones de machos son sacrificados anualmente en el mundo”.
De acuerdo con la agencia noticiosa europea EFE, “la medida responde a una iniciativa parlamentaria para erradicar una práctica que ya estaba en retroceso en Suiza y solo se mantenía en algunos criaderos de pollos, que ahora serán inspeccionados por servicios veterinarios locales para comprobar el cumplimiento de la nueva normativa, informó la televisión nacional suiza RTS”.
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El sacrificio de pollos macho recién nacidos es habitual en la producción de huevos, que tradicionalmente eliminaba la mayor parte de estos animales arrojándolos en máquinas trituradoras de cuchillas. En uno de los estados alemanes se trató de implementar una normativa similar en 2017, pero fue descartada por su poca viabilidad ante la ausencia de alternativas iguales o más eficientes.
“La práctica se ha sustituido por métodos de sacrificio menos dolorosos para los animales, como la asfixia por dióxido de carbono, que seguirá siendo legal en Suiza. También está habiendo avances científicos que permiten determinar, de manera similar a una ecografía, el sexo del pollo antes de que salga del cascarón, por lo que se puede optar por no incubar los huevos de futuros machos”, continuó explicando la nota periodística.
Agregó EFE que el Consejo Federal (gobierno suizo) está interesado en difundir a escala nacional el último método descrito, que investigan varias universidades y empresas en el mundo, principalmente en la vecina Alemania. Los pollos macho de las llamadas líneas livianas (para huevo) son descartados porque, además de no poner huevos, presentan un crecimiento más lento.
Cada año se estarían descartando en el mundo entre 4,000 y 6,000 millones de pollitos macho por cualquier método de los descritos, y sus restos suelen ser utilizados en la fabricación de alimento para otros animales.