Exportaciones de pollo argentino caerían 25% en abril

La negativa a devaluar el peso y la creciente inflación interna hace que este producto argentino sea menos atractivo en el mercado internacional.

Los avicultores argentinos dedicados a la exportación de carne de pollo ven ya muy difícil que este año se repitan las buenas ventas que alcanzaron en 2019, cuando cerraron negocios por más de US$500 millones. Este año, mes a mes, las cantidades vendidas al exterior siguen bajando en volumen y los productores atribuyen la caída a variables macroeconómicas definidas por el nuevo gobierno federal, en funciones desde diciembre pasado.

De acuerdo con estimaciones entregadas por Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), al medio Campo en Acción, “en materia de exportaciones, las cosas vienen algo más complicadas. En marzo el sector pensaba exportar 23,000 toneladas y solo pudo colocar 20,500. Pero en abril los envíos habrían caído a 17,000 toneladas, causando preocupación”.

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Las razones para esta caída constante las encuentra Domenech en circunstancias más allá de la producción y la logística. “Lo que se está notando en el mercado internacional es que los principales jugadores devalúan sus monedas (Brasil lo hizo ya cerca del 35%) y ganan competitividad frente a la Argentina, que no solo no devalúa al mismo ritmo, sino que además convive con una inflación que pulveriza cualquier mejoría”.

Ante esta falta de competitividad, el dirigente gremial recomienda “que, si se quiere recuperar la economía luego del coronavirus, habrá que ajustar las clavijas de la macroeconomía. Tenemos que ir detrás de lo que el mundo hace, no solo en materia sanitaria, sino también en materia económica”.

Esta caída en las exportaciones podría tener incidencia en la sobreoferta para el mercado interno, golpeado ya por la crisis del canal horeca. “Es posible que tengamos un exceso de oferta de pollo que difícilmente pueda ser absorbido por el mercado interno y que podría desbaratar los planes de crecimiento gradual que tiene esa industria, y que trazaban un salto del 10% en la producción para la próxima temporada, según los planes de reproducción que se trazan en mayo de cada año”.

Según proyecciones previas de la misma CEPA, se esperaba que al cierre de 2020 la ingesta de carne de pollo en Argentina se acercara a los 48 kilos per cápita anual. “Se trataría de un registro histórico. El pollo ya le compite palmo a palmo a la carne vacuna”.

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