Fenavi pide controlar informalidad avícola colombiana

La falta de rigor en la aplicación de normas de todo tipo, hace que mantenerse en la economía subterránea sea una ventaja para los informales.

Gonzalo Moreno, presidente ejecutivo de la Federación Nacional de Avicultores de Colombia (Fenavi), se quejó nuevamente de la creciente competencia desleal permitida por la inoperancia estatal en la erradicación de la informalidad en el sector avícola. “Esta expresión que repetimos en los diferentes espacios, debe ser comprendida por todos nosotros para dimensionar el impacto del término formalidad”, afirmó en entrevista con Portafolio.

El titular de la Fenavi explicó que “las entidades públicas de control centran su fiscalización en las empresas que son de fácil inspección (las formales), dejando a un lado las que no cumplen con ninguna normatividad, que pasan por debajo del radar y aprovechan en el mercado esta ventaja ilegal, mediante el ofrecimiento de productos a un menor precio, sin cumplir con los estándares mínimos para el consumidor”.

Puntualmente, Moreno recordó que “hemos identificado más de 30 normas que rigen al sector avícola y que solo cumplimos los empresarios formales. En primer lugar, están las de tipo sanitario que comprenden entre otros las de bioseguridad. Luego están las ambientales, que enmarcan los programas de uso eficiente del agua, las normas de uso del suelo como lo son los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), consultas previas y el reciente descubrimiento de planes de manejo arqueológico que están solicitando algunas corporaciones en Risaralda y el Valle del Cauca, manejo de residuos y regulación sobre el aire, dentro de las cuales se resalta la normatividad de emisiones atmosféricas y olores”.

Como caso emblemático, el dirigente gremial mencionó “el Decreto 1500 del año 2007, que crea el sistema de inspección, vigilancia y control de la carne (bovino, porcino, bufalino y avícola). Las compañías se inscribieron una vez se expidió esta norma e iniciaron la costosa implementación de los requisitos, desde hace 11 años empezando a correr los términos de cumplimiento. Por otra parte, las que no empezaron a implementarlo han tenido más de tres prórrogas de tiempo para su cumplimiento”.

Moreno cerró su disertación concluyendo que “aquellos que hicieron cuantiosas inversiones se encuentran en una desventaja en el mercado, frente a aquellos que continúan vendiendo carne sin cumplir con ninguno de los requisitos sanitarios, convirtiéndose, además, en un verdadero riesgo para la salud de todos los colombianos”.

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