El sector agropecuario mexicano sigue en crecimiento, a pesar de la pandemia, pero tiene que enfocarse en distintos factores.
Durante una conferencia virtual organizada por el Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) y patrocinada por el USA Poultry & Egg Export Council (USAPEEC), en la que participaron más de 100 personas de diferentes instituciones, el Lic. Juan Carlos Anaya, director general del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), resaltó que “a pesar de la actual situación económica, el sector agropecuario [mexicano] ha continuado con su crecimiento dado que no se han dejado de producir y proveer alimentos”.
Además, señaló el valor exportador del sector agroalimentario de México y los retos a los que se enfrenta, tales como el cambio climático, la degradación de los suelos y la sobreexplotación del agua.
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El directivo del GCMA hizo hincapié en “la importancia que el gobierno tiene al implementar políticas públicas que fortalezcan al sector, así como a las autoridades que vigilan el estado sanitario del país como es el caso del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica)”.
Gracias al esfuerzo que han realizado en conjunto, añadió que “se ha logrado que México sea el quinto país con mejor sanidad a nivel internacional y que este sector represente el 9% del Producto Interno Bruto (PIB), el 9° país más productor del mundo y el 8° país exportador”.
Mercado de pollo
En México, las importaciones de pollo cayeron en 4.6% al finalizar el segundo cuatrimestre de este año en relación con el mismo periodo de 2019, lo que demuestra una mejor consolidación del mercado interno nacional. Los tres países principales de donde importa son Estados Unidos, Brasil y Chile.
Anaya identificó como un desafío comercial el poder diversificar el mercado en ambas vías: importaciones y exportaciones. En cuanto a la rentabilidad, dijo que es un desafío buscar la complementariedad con otros mercados para satisfacer las necesidades nacionales y que el pollo se mantenga como la proteína de mayor demanda.
Con respecto a los desafíos sanitarios de la carne de pollo, dijo que hay que priorizar los protocolos de bioseguridad, buscar sistemas de compartimentación y controlar la influenza aviar.
Para la carne de pollo, identificó a la fortaleza del mercado interno y la versatilidad gastronómica y accesibilidad como ventajas.
De acuerdo con lo informado por Comecarne, como conclusión de su ponencia resaltó la fortaleza y el crecimiento continuo de la industria, aunque hizo énfasis en los siguientes puntos:
- ¿Qué es lo importante para los consumidores nacionales e internacionales?
- Todo lo relacionado a la salud de animales y humanos.
- La inocuidad y la higiene de productos.
- Cuidar la relación de disponibilidad y el costo de los productos.
- Buscar el reconocimiento del valor nutrimental de los productos.
- ¿Qué pasará en segundo plano?
- Seguir mejorando las buenas prácticas de la producción con el fin de promover el cuidado ambiental.
- Certificaciones de “trabajo justo” en el sector.
- Debido a que la tendencia ha sido comer en casa, se deben buscar productos novedosos para el consumo fuera de casa.
- Respaldar toda la sanidad detrás de un producto final.