Esta proyección del USDA en aumento representa el 29% de un consumo estimado de 1,162 millones de toneladas.
La futura producción global de maíz en la vigencia 2020-2021 fue proyectada recientemente por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en 1,187 millones de toneladas, lo que representa un avance significativo frente a los 1,115 millones de toneladas con lo que se espera cierre el periodo 2019-2020.
El crecimiento de la oferta en el cereal es del 6%; en tanto que la demanda solo aumentaría en 0.4% (para llegar a 1,162 millones de toneladas), dejando al final un balance positivo a favor de la producción de un 2%. Es decir, se producirá ese porcentaje mayor a lo que se consumirá, desbalance que se explica por “una abrupta caída en la demanda para uso como biocombustible, presionando los precios a la baja”.
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Tales conclusiones fueron recogidas en un informe preparado por la gubernamental chilena Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en el cual se destacan otras interesantes conclusiones como el normal comportamiento del abasto de este grano en Chile y el resto del continente, tanto en el corto como mediano plazo.
Cuando se consoliden los resultados del lapso 2019-2020, para el USDA la demanda será de 1,121 millones de toneladas, con lo cual el stock o el inventario mundial de maíz caerá de 321 millones a 315 millones de toneladas (entre temporadas 2018-2019 y 2019-2020). Con el aumento proyectado de la cosecha y la caída de la demanda en la próxima temporada, el inventario orbital ganará 25 millones de toneladas más, hasta alcanzar los 340 millones ya señalados en un principio.
De toda la producción mundial de maíz en 2020-2021, se tranzarán internacionalmente 182 millones de toneladas, las cuales serán exportadas respectivamente por Estados Unidos (55 millones de toneladas, de 406 millones cosechadas), Brasil (38 millones, de 106 millones producidas), Argentina (34 millones, de 50 millones de toneladas recolectadas) y Ucrania (33 millones, de 39 millones de toneladas generadas).
Pese a caer en 10 millones de toneladas su cosecha, China seguirá siendo el segundo mayor productor mundial (260 millones de toneladas) e importará 7 millones, sin exportar. De esta forma, de los 340 millones de toneladas en inventario para 2021, las bodegas chinas albergarán unos 200 millones. Los restantes 140 millones de toneladas en stock se distribuirán entre Estados Unidos (84 millones), Brasil (6 millones), Argentina (5 millones) y Ucrania (2 millones).