La decisión fue anunciada para los “próximos días”, lo cual representaría una grave amenaza para el negocio avícola que depende en 4/5 partes del cereal estadounidense.
Al momento de oficializar su salida de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México (Semarnat), Víctor Manuel Toledo dijo que quedaron listos dos decretos que deberán ser expedidos en los próximos días, con lo cual impactarían negativamente la habitual marcha de la actividad agropecuaria en este país norteamericano.
Uno de ellos es la prohibición gradual del herbicida glifosato, el otro, una verdadera bomba que muchos catalogan como “impracticable y perjudicial para los intereses mexicanos” (La Política Online). Se trata de prohibir, mediante decreto, la importación de maíz transgénico.
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México importará este año 14.1 millones de toneladas de maíz amarillo duro, 95% de los cuales son suministrados desde los Estados Unidos, el restante porcentaje es casi todo para Brasil, con una pequeña fracción argentina. Todos estos países producen y exportan maíz transgénico. Así reseñaron varios medios internacionales como Infobae y Forbes.
México es autosuficiente en maíz blanco, dedicado al consumo humano, pero apenas produce una quinta parte de sus necesidades de maíz amarillo duro, vital para la agroindustria pecuaria, entre ella, el poderoso sector avícola en huevo de mesa y pollo. De materializarse tal decisión, sería un enorme golpe para este gremio.
Si bien el anuncio fue dado a conocer el jueves, 3 de septiembre, al cierre de la primera semana laboral de este mes no se conocía un pronunciamiento oficial de la Unión Nacional de Avicultores (UNA).
Desde el 2013, un Tribunal Civil Federal mexicano mantiene una prohibición temporal para la siembra de maíz transgénico. La importación del grano como organismo genéticamente modificado, por su importancia estratégica para el país, no había sido tocada hasta el momento.