Referente internacional en la actividad, la avicultura brasileña todavía se interpreta de manera ambigua: al mismo tiempo en que es admirada por países o empresas que en ella se reflejan para moldear su propia avicultura, inspira precaución en otros que al ser menos competitivos, se sienten amenazados por las importaciones de pollo brasileño. La avicultura brasileña ha trabajado duro a lo largo de su trayectoria, expandiendo significativamente su capacidad productiva, status sanitario, competitividad y sobre todo, su participación en el mercado internacional, logros que la convirtieron en un proveedor de proteína animal respetado e idóneo en Brasil y en el exterior.