Sólo se necesita de un día para poder transformar 50 toneladas de gallinaza y aserrín en 35 toneladas de fertilizante orgánico rico en nutrientes y sin patógenos, gracias a la tecnología de digestión termofílica rápida, un nuevo método para convertir grandes cantidades de residuos orgánicos generados por la agroindustria y la producción animal comercial en un fertilizante inodoro en polvo.