Aquello que dejó el populismo a la avicultura argentina

By Alexander Barajas Maldonado|16 de diciembre de 2019

Compartir:

(Alexandre Kuyumjian | FreeImages.com)

Con el regreso de otro gobierno populista, los empresarios avícolas argentinos prefieren apostarle a la esperanza pese a que los antecedentes no son los mejores. Repasémoslos un poco.

1. La mentira de los costos subsidiados. Durante 2003 y 2015, el alto subsidio a los combustibles y la energía eléctrica aumentó el déficit de la Nación e hizo que muchos avicultores optaran por tecnologías ineficientes que ya no cerraban números con el sinceramiento parcial de las tarifas de los últimos cuatro años.
2. La política de retención a la producción de granos y el cobro de mayores impuestos por exportación del largo mandado kirchnetista desestimuló la producción de maíz amarillo duro y de soya en los campos argentinos, aumentando los costos internos de estas materias primas.
3. Se motivó el calamitoso comercio exterior con Venezuela, la triste Meca del populismo suramericano. En ese intercambio, varias avícolas argentinas se vieron perjudicadas por el incumplimiento en los pagos y esas secuelas siguen vivas en algunas firmas productoras de carne de pollo, que debieron cerrar o por lo menos reducir sus plantas de trabajadores.
4. El exceso de normatividades nacionales, provinciales y municipales hizo que la informalidad en la avicultura comercial creciera hasta ser hoy del 50%, una anomalía que pervive y es ampliamente denunciada entre otros por el presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), Javier Prida.
5. Aunque nadie lo diga expresamente, el viejo populismo hoy reeditado era más amigo de la producción de carne de pollo que de huevo y sus ovoproductos. Fue en los tiempos de los Kirchner que el huevo pasó a tributar más por el IVA (impuesto al valor agregado) que todas las otras proteínas de origen animal, distorsión que el saliente gobierno de Mauricio Macri tampoco fue capaz de corregir.
6. La inflación y la devaluación fueron maquilladas con intereses políticos, lo cual afecto el rendimiento de todo el aparato productivo, en especial la agroindustria. Es posible que la receta se repita, aplazando la inevitable resaca.