23 de enero de 2020
(Royalty Free Photo | Rawpixel.com)
Un comienzo de año con fuertes tensiones para la avicultura se presenta en cuatro países de la región. En todos los casos, la intervención estatal es causa de discordia.
Por lo menos cuatro grandes polémicas públicas se presentaron o siguen su curso en varias de nuestras naciones hermanas, impactando o amenazando con impactar negativamente al negocio avícola. El primer episodio se vivió en Ecuador, con la negociación del precio del maíz amarillo duro.
Manteniendo una bien intencionada política proteccionista, allí la cotización no la da el mercado sino un acuerdo político, lo que de entrada distorsiona una actividad eminentemente económica. En conclusión, los avicultores ecuatorianos, pese a que lograron una importante rebaja, siguen pagando el maíz más caro de Suramérica, lo que les hace poco competitivos en el vecindario.
Luego, el foco de tensión provino del Caribe. Irresponsablemente, empresarios avícolas dominicanos soltaron la especie de que se había presentado un brote de influenza aviar, cuando en realidad se dieron varios casos de Newcastle que finalmente fueron explicados por la falta de rigor en los protocolos de vacunación. El gobierno llegó tarde a la emergencia, no cumplió con la vigilancia pasiva y hasta ahora no se sabe de sanciones por tan desafortunadas acciones y declaraciones de algunos avicultores.
En Argentina los productores de carne de pollo y los agricultores dedicados a la producción de granos se siguen mostrando los dientes entre denuncias mutuas de acaparamientos, sobre todo del maíz. El vigor de las exportaciones y las restricciones a las mismas vía impuestos federales están de trasfondo. Otra vez el estado interventor en la actividad económica.
Por último, preocupa en México que se está ventilando esta semana y desde el gobierno federal que existe la posibilidad de desabastecimiento en carne de pollo, lo cual “no se va a permitir”. Ya sabemos lo que eso significa: que en breve se ampliarían los cupos de importación, no obstante la protesta de los avicultores locales.
Todos estos casos tienen en común la intervención estatal y la falta de transparencia en la información, pues la razón no le puede asistir a cada una de las partes involucradas. Libertad y transparencia siempre será lo mejor; condiciones deseables que por lo general acompañan una solución estructural en la que creemos ciegamente: Menos Estado y más eficiente en sus pocas obligaciones, siempre será lo mejor.