7 de mayo de 2020
(Andrea Gantz)
El 2020, con sus números redondos y repetidos, era un año clave para varios procesos que involucran al negocio avícola. El freno de mano sobre ellos a causa de la pandemia —o no— parece que no se levantará este año ni tal vez el otro.
El 2020 se perfilaba como un año importante para múltiples procesos del negocio avícola. Sin embargo, el surgimiento de la pandemia de COVID-19, mezclado con otros asuntos, ha influido en que se detengan o se retrasen estos procesos que comento a continuación:
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Sobre el bienestar de las ponedoras
La anual asamblea general de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) que cada mayo se realiza en París, por primera vez será virtual, tardará un único día y solo acogerá al representante de cada país miembro. Al momento de escribir este comentario, la OIE no había definido una fecha para su 88 asamblea general, aunque se espera que esta se dé en la última semana del mes. La norma en bienestar animal para ponedoras no aparece en la agenda, un asunto sensible que lleva un par de años sin definirse ante la presión de los que quieren proscribir el uso de baterías de jaula y quienes defienden todos los modelos productivos.
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Masificación del sexaje in ovo
La United Egg Producers se propuso en 2010 que la agroindustria tuviera al 2020 un proceso estandarizado de sexaje in ovo, con el fin de erradicar las cuestionadas prácticas de descarte de pollitos machos de un día. Pese a los indudables avances en los últimos cuatro años, la tecnología disponible es todavía muy costosa frente a los procedimientos actuales, lo que ha impedido que se adopte como una práctica común desde el presente año. No es culpa directa del coronavirus, pero sin duda esta crisis sanitaria desplazará ese objetivo de las prioridades.
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Antibióticos, plástico, energías limpias, big data
Como con el sexaje in ovo, la agroindustria y las actividades productivas en general están pensando más en la supervivencia ante el cierre parcial y total de mercados, por lo que varios objetivos globales están, por decirlo de alguna manera, en el congelador. Reducir el uso de antibióticos en la producción cárnica, acabar con los plásticos de un solo uso o pasarse a las llamadas “energías limpias” parecen lejanas utopías por la vigente crisis de las cadenas de suministro y los bajísimos precios de los combustibles fósiles. Algo parecido podría decirse del uso de datos en tiempo real para optimizar procesos, ¿qué tanto puede preocupar eso ahora cuando el gran temor es que se enfermen los operarios?
El alcalde de Magdalena del Mar, el presidente saliente de la ALA, el Ministro de Agricultura y el maestro de ceremonias durante la inauguración del OVUM 2019. (Benjamín Ruiz)
Trámite para el XXVIII Congreso Latinoamericano de Avicultura
Algo más regional podría ser la definición oficial del congreso continental de 2023, si bien las inquietudes obedecen apenas a cuestiones de trámite. La gremial uruguaya Asociación de Productores Avícolas Sur (APAS) postuló formalmente la candidatura de Punta del Este para acoger la versión 28 de la mayor cita de la agroindustria latinoamericana. Sus pares paraguayos, los otros potenciales aspirantes, desistieron hace poco y por escrito. Ante el creciente aplazamiento visto de eventos este año, podría ser que pase lo mismo con el Congreso Centroamericano y del Caribe, programado para noviembre, en El Salvador. Si se mueve para el año entrante, también lo sería la votación formal y el pronunciamiento oficial de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA) frente a la postulación uruguaya, ya que este trámite hace parte de la agenda salvadoreña.
(Cortesía del Instituto Colombiano Agropecuario, ICA)
Zonificación contra Newcastle en Colombia
El titubeante proceso en este país caribeño para lograr la declaratoria de una parte importante del occidente de su territorio como zona libre de esa enfermedad, podría verse afectado a causa de la pandemia del COVID-19. Una de las medidas pendientes para su implementación, la obligatoriedad de la guías de transporte de aves y material genético, no se ha expedido y con seguridad no será en este semestre y quizás en lo que resta del año. El suministro de alimentos para el mercado interno requiere de las mayores facilidades logísticas posibles; un aplazamiento que también distanciaría el sueño exportador de los avicultores colombianos unos semestres o años más.