Los casos se registraron en el estado centroccidental de Yaracuy, en la instalación del grupo avícola Ebenezer, en el municipio de Bruzal.
Dentro de las poco confiables cifras de contagios por COVID-19 en Venezuela, el gobierno de este país suramericano dio a conocer que en una planta de beneficio avícola se presentaron 38 casos positivos de esta enfermedad, representando la abrumadora mayoría de los 41 casos reportados oficialmente para el estado de Yaracuy, el sábado 4 de julio.
La información fue dada a conocer dentro del boletín gubernamental diario preparado y leído por Jorge Rodríguez, vicepresidente sectorial de Comunicación, Cultura y Turismo. A esa fecha, el régimen bolivariano contabilizaba en más de tres meses de pandemia apenas 6,750 contagiados, 2,100 de ellos recuperados y solamente 62 fallecidos, según se informó en Panorama.
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Los casos en la planta de beneficio yaracuyana fueron contabilizados por este vocero como episodios de “transmisión comunitaria”, es decir, que se dieron entre residentes habituales de dicho estado y no corresponden a personal de reciente inmigración, al que el régimen señala como principal agente transmisor del virus.
El medio de comunicación Punto de Corte dio más información, precisando aquella que no fue proveída por el mencionado vicepresidente. “Se ha tomado la decisión de mantener cerrado el matadero de pollos para continuar con el cerco epidemiológico”, indicó el texto noticioso, sin aclarar lapso estimado de clausura.
En un reportaje emitido por la televisión oficial de Venezuela en julio de 2019 se afirmaba que el privado grupo avícola Ebenezer contaba con una parvada de 12 millones de aves y procesaba en su planta de sacrifico de Bruzal unos 120,000 pollos diarios. Ebenezer contaría en ese entonces con 4,200 empleados en toda su operación integrada, y de ellos 800 serían operarios del matadero avícola.