La inflamación en producción avícola sin antibióticos

El manejo de la inflamación va a ser cada vez más importante para una buena producción avícola sin antibióticos, pero se requiere de más trabajo para garantizar que se elijan correctamente las intervenciones.

El manejo de la respuesta inflamatoria del intestino de las aves ha atraído mucho la atención de investigadores y productores de aditivos de alimentos como una posible parte esencial para lograr una buena producción avícola sin antibióticos.

Sin embargo, a menudo el debate sobre la inflamación puede ser confuso. ¿Hay que eliminarla por completo? ¿Es bueno que exista un poco? ¿Es necesaria toda la inflamación? Esto dificulta entender qué es lo que debe controlar el productor.

Además de esta dificultad, se encuentra la observación práctica de que el manejo de la inflamación intestinal con diversos aditivos parece ser cuestión de acertar o no, ya que a veces funcionan muy bien y en otras ocasiones, para nada. Nos queda una situación interesante: una gran variedad de herramientas de aditivos y a veces no la suficiente información para saber cuándo y cómo debemos usar dichas herramientas.

Acto de equilibrio

Cuando se desequilibra el tubo gastrointestinal del pollo, la inflamación constituye una importante herramienta en la capacidad del sistema inmunitario de corregir la situación.

El mantenimiento de una buena salud y función intestinales es una complejo acto de equilibrio entre el microbioma intestinal del ave y el sistema inmunitario intestinal que mantiene a raya a estas bacterias. Básicamente, se necesita lograr el equilibrio correcto entre la tolerancia de las bacterias en el intestino y el seguir con capacidad de responder a los desafíos microbianos. Es importante comprender cuál de estos cuatro tipos clave de inflamación enfrenta el avicultor y cómo atacarlos.

  1. Inflamación fisiológica: es un punto fijo natural en el que está en equilibrio la tolerancia de los microbios intestinales y la respuesta defensiva a los patógenos intestinales. Aunque están presentes todos los elementos de una respuesta inflamatoria —en los que se incluye la activación de receptores y sensores que hacen funcionar a la inflamación y echan a andar dichos sensores, como los metabolitos y partes de patógenos que impulsan una respuesta—, el sistema está en equilibrio natural.
  2. Inflamación patológica: es el resultado de una infección microbiana aguda o de daños al tejido que inclinan el equilibrio de la inflamación fisiológica hacia una verdadera respuesta inflamatoria. Por lo general, resulta en daños a los tejidos y en un aumento del uso de la energía metabólica.
  3. Inflamación metabólica: es crónica y de bajo nivel, generada por el consumo excesivo de nutrientes y la producción de metabolitos que activan algunos de los mismos receptores que también pueden activar los patógenos.
  1. Inflamación estéril: es crónica y de bajo nivel, pero sin agentes infecciosos. Su respuesta es típica a un desencadenante químico o físico, como el estrés oxidativo o los polisacáridos no almidonosos presentes en la dieta.

El manejo de estos distintos tipos de inflamación va a requerir de estrategias también diferentes.

La inflamación patológica es la más costosa y es con la que más familiarizados estamos en cuanto al manejo. La metabólica y la estéril son fuentes de inflamación crónicas de bajo nivel, pero con desencadenantes muy diferentes que en la práctica se pueden confundir con la inflamación fisiológica de fondo. Quizás estas dos fuentes de inflamación son las que más nos confunden y las que más nos preocupan en cuanto a cómo manejarlas, si es que hay que hacerlo.

En última instancia, parte importante de la producción avícola sin antibióticos es entender y manejar la inflamación. Sin embargo, quedan aún lagunas en el conocimiento que nos impiden que el manejo de la inflamación sea realizable en la práctica.

Se necesita de más avances en las herramientas que diagnostiquen y diferencien los tipos de inflamación de forma rápida y fácil, así como de más investigaciones que vinculen estos tipos de inflamaciones que diagnosticamos con las intervenciones que elegimos, ya sean probióticos, prebióticos, enzimas u otros.

Sin una manera fácil de diagnosticar nuestros problemas de inflamación presentes en el campo y de cotejar el diagnóstico con las herramientas que usamos, seguiremos observando las mismas respuestas inconsistentes y variables de estos aditivos de alimentos balanceados, que afirman que uno de sus beneficios es el control de la inflamación.

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