Un productor francés presenta los detalles de cada uno de los sistemas en su granja en Bretaña, Francia.
Una vez más, durante la exposición SPACE —que se realiza todos los años en septiembre, en Rennes, Francia— tuvimos la oportunidad de visitar una granja, esta vez de producción de huevo.
Propiedad de David Urien y su esposa, Myriam Urien, la granja Breizh Oeufs, ubicada en Le Henlée, Taupont, al sur de Bretaña, es una EARL (explotación agrícola de responsabilidad limitada). La granja tiene 95 hectáreas y cuenta con 80,000 gallinas en jaulas y 6,000 gallinas en libre pastoreo (free-range), estas últimas en un predio de 3 hectáreas. Los huevos cuentan con la garantía de calidad francesa llamada Label Rouge.
La granja comenzó en 2000, cuando ya tenían las 6,000 gallinas en libre pastoreo y, posteriormente, en 2010, construyeron la caseta de las gallinas en jaulas.
En esta granja trabajan solamente dos personas a tiempo completo, o sea, los señores Urien, y una persona más a tiempo parcial (20 horas a la semana).
En las 50 hectáreas, la familia Urien cultiva trigo, guisantes, frijoles y oleaginosas, como la colza. Los granos y oleaginosas que producen los venden a la cooperativa D’aucy, en donde los mezclan y los vuelven a comprar ya como alimento balanceado para las gallinas, pues ellos no mezclan ingredientes en la granja.
Producción ‘free-range’
La zona en la que se encuentran las gallinas en libre pastoreo está cercada, pero comunicada con la caseta que está completamente abierta por un lado. Las gallinas están en completa libertad de salir, pero con el sol y el calor era evidente que preferían estar adentro, con excepción de algunas aventureras que se refugiaban en la sombra de un árbol (véase el video).
Afuera se escuchaba música de Michael Jackson, justo ahí donde estaban las gallinas a la sombra. David Urien dijo que tiene música para ahuyentar a las zorras y que, a veces, incluso movilizan a cazadores, pues hay problemas con el exceso de estos animales. Sin duda, una preocupación muy diferente a las que hay cuando las aves están confinadas. La mortalidad es del 5 por ciento.
Durante el verano, las gallinas salen a las 10:30 de la mañana y pueden estar fuera hasta que se pone el sol. El instinto natural de las gallinas es regresar por la tarde a la caseta, sin necesidad de pastorearlas.
No se requiere de estimulación lumínica en el interior para promover el consumo, aunque hay productores que echan a andar la cadena de alimentación para motivarlas. Reciben tres alimentos al día: a las 6:00 de la mañana, al mediodía y a las 5:00 de la tarde. Cada gallina consume 135 g de alimento al día y pesa 1.6 kg.
Las 6,000 gallinas que aquí se encuentran producen 280 huevos por aves al ciclo. Cuando se colocan en la granja con 17 semanas de edad, las gallinas permanecen durante cinco semanas en el interior de la caseta sin salir para acostumbrarse a poner huevos en los nidales. Luego, se abren las puertas y poco a poco salen.
En términos de trabajo, la técnica Nolwen Posseme dijo que prefiere la producción de aves en libertad, pues se requiere de menos mantenimiento. Además, hay menos riesgos de fallas técnicas porque hay menos equipos, pues está menos automatizado. Al final, esto lleva a tener menos estrés.
No obstante, todo tiene sus desventajas. El punto débil del sistema de aves en libertad es el picaje y el canibalismo, que es resultado de la luminosidad, pero también un comportamiento natural, según David Urien.
(Industria Avícola Enero 2019)
Producción tradicional
La caseta con las 3,300 jaulas es igual a cualquiera de la producción industrializada en Latinoamérica. Cada jaula tenía aproximadamente 24 gallinas Lohmann de 67-68 semanas de edad, para un total de casi 80,000 aves que producen 76,000 huevos al día. Cada gallina consume 112 g de alimento al día y pesa 2 kg.
La tasa de postura es del 92 por ciento, aunque puede llegar hasta el 97 por ciento. Al final del ciclo, a las 90 semanas, producen 360-370 huevos. Tienen un programa de vacunación, pero no usan antibióticos, aunque tampoco tienen enfermedades ni salmonela.
La mortalidad es del 5 por ciento, igual que las gallinas en el exterior. Más o menos recogen unas 20 aves muertas a la semana.
La caseta cuenta con clima controlado, en función del clima exterior. Todo está automatizado para controlar humedad, temperatura y ventilación. Aquí llegan cuando tienen 18 semanas de edad, ya que la crianza se hace antes en otra granja.
Recolección de huevos
Los huevos de las gallinas en jaulas y en libertad se recogen y procesan por separado. Los de las gallinas en libertad se recolectan una vez al día. Todos los huevos entran a la sala, excepto los que están sucios, los cuales se separan y, si están muy sucios, se tiran a la basura. No se usan para ningún producto, ovoproducto, ni siquiera para mayonesa, ya que, si se quebraran, el contenido entraría en contacto con las heces.
No hay más huevos sucios en las aves en libertad solo por el hecho de entrar y salir de la caseta, aunque cabría la posibilidad más que con las aves en jaulas.
En promedio, los huevos de jaulas pesan de 61 a 62 g y los de las aves free-range, 63.5 g. El productor vende el huevo bajo contrato a EUR750 por tonelada, mientras que el de las gallinas en libertad se vende a EUR0.13 por huevo. El precio base está en función del tipo de alimento que recibe. No existe ventaja alguna en el precio por no usar antibióticos.
El futuro en la producción de huevos
En general, el Sr. Urien ve las cosas más difíciles, ya que hay que convertir todas estas producciones a sistemas alternativos y aún hay mucho volumen.
Para él, el primer objetivo de aquí a 2025 es la recuperación de la inversión que ya ha hecho, pues cada caseta, con todo el equipo y lo que implica, cuesta EUR2 millones.
Ha tenido la caseta con jaulas desde hace 15 años y sigue en producción, pero una vez que la termine de pagar verá qué es lo que hace y va a depender de lo que pida la sociedad. Quizás en algunos años cambien las cosas.
Nota: Agradecemos a los organizadores de SPACE por la coordinación de esta visita y las facilidades prestadas.