Avicultores bolivianos pierden US$30 millones mensuales

Representantes de gremios avícolas piden intervención del gobierno ante el cierre de granjas por la sobreproducción y los bajos precios.

La sobreproducción y los bajos precios del pollo están provocando pérdidas mensuales de alrededor de US$30 millones a los avicultores bolivianos. Solo en Santa Cruz —principal departamento boliviano en producción avícola—, las pérdidas serían de US$10.5 millones, según cálculos de la Federación Nacional de Avicultores.

Esto ha provocado el cierre de cerca de 675 de las 2,700 granjas avícolas que existen en Bolivia —un 25 por ciento— y una merma productiva de 3.5 millones de pollos mensuales, dijo al diario El Deber el vicepresidente de la Federación Nacional de Avicultores y titular de la Asociación de Avicultores de Pollos Parrilleros (Avipar) de Santa Cruz, Winston Ortiz.

El líder gremial sostuvo que la crisis ha llegado a tal nivel, que los avicultores reciben entre BOB4 y BOB4.50 (US$0.58 y US$0.65) por kilo de pollo vivo en granja, cuando producirlo cuesta unos BOB8.20 (US$1.19). Esto ha provocado endeudamiento entre los productores, preocupados incluso por posibles multas, afirmó Ortiz.

“Necesitamos el auxilio del Gobierno y la presencia del presidente Evo Morales para que ponga orden en las reproductoras de pollos bebés y siente los lineamientos para planificar la producción avícola nacional. En las condiciones actuales, donde ‘moros y cristianos’ producen pollos, estamos rumbo a una catástrofe”, dijo Ortiz a El Deber.

Ante la posibilidad de que las reproductoras de aves de engorde no hayan reducido la entrega de pollos bebés a avícolas antiguas y nuevas —e incluso clandestinas—, pese a la sobreproducción, Avipar pide una intervención gubernamental para una “pausa en el pago de las deudas”, que se transparenten los números de importación de las reproductoras y huevos fértiles, y que se planifique la avicultura nacional, agregó el medio.

“La situación sectorial es preocupante”, coincidió el presidente de la Asociación Departamental de Avicultores (ADA) de Santa Cruz, Ricardo Alandia, citado por el mismo diario.

No solo se trata de cierres, sino de avícolas reduciendo sus plantillas para generar ahorros ante la “crisis” del sector.

Breve la reacción oficial

Sobre el particular, el director del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria de Bolivia (Senasag), Javier Suárez, indicó que la entidad no tiene facultad de controlar los precios del pollo, pero que ha fortalecido la vigilancia y el control de avícolas clandestinas.

Mientras tanto, en la página oficial del Senasag se mantiene un comunicado en el que se dice que, a partir del 1 de febrero, “todas las aves para consumo deberán ser faenadas solo en mataderos registrados”.

“Por tal motivo, el Senasag realizará control a nivel nacional en: emisión de guía de movimiento animal, control de tránsito de animales y control de llegada a mataderos registrados”, continúa la comunicación.

Esta no es la primera vez que el sector reclama ayuda al gobierno ante los problemas que asfixian a los avicultores. A principios de año, el presidente de la Federación Departamental de Productores Avícolas de Cochabamba, Héctor Cordero Ticona, dijo que el sector estaba en crisis por los bajos precios, el alto costo de los insumos y el incumplimiento del Senasag en sus acuerdos con el sector y las políticas sanitarias.

Incluso hubo reportes de protestas de avicultores por la situación.

De acuerdo con la base de datos de WATTAgNet, en 2018 Bolivia produjo 226.86 millones de pollos de engorde, una cifra levemente menor que los 226.89 millones de 2017.

(US$1 = BOB6.91)

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