El Niño seguiría débil y bajaría presión a avícolas

Boletín bioclimático del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Colombia reconoce baja intensidad del fenómeno climático, pero mantiene recomendaciones de contingencia.

Los vaticinios que se hacían finalizando el año anterior de un potencial Fenómeno de El Niño, se han ido diluyendo con el paso de los primeros meses del año. Las amenazas de sequías y olas de calor excesivo no se han concretado; por el contrario, las fuertes lluvias en el norte y centro de Suramérica son, por ahora, una constante.

En el primer bimestre de 2019, se registraron algunos episodios de sofocamiento por estrés calórico en galpones de Uruguay y Argentina, los cuales afectaron pequeñas y medianas instalaciones avícolas. Sin embargo, estas situaciones se explicaron por la persistencia de la estación de verano en el extremo sur del continente americano y no por El Niño, que tiene incidencia mayor en el litoral Pacífico.

Al respecto, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y su mesa técnica agroclimática presentaron su boletín agroclimático del mes de abril que trae recomendaciones para los productores agropecuarios de las diferentes zonas del país, según reportó Agronegocios.

Concluye el reporte que “se prevé que el fenómeno ‘El Niño débil’ continúe, con alguna posibilidad de que se mantenga por el resto del año. A pesar de que la intensidad sea débil, pueden presentarse impactos en los sistemas productivos por la ocurrencia de altas temperaturas y disminución en los volúmenes de lluvia esperados”.

Añade además que “la estacionalidad de la precipitación se conserva y las temporadas lluviosas durante el año ocurren independientemente de la presencia de un fenómeno de El Niño. Por lo tanto, se recomienda mantener las estrategias de adaptación y las medidas de contingencia frente a un posible impacto del fenómeno El Niño”.

Al ser considerado este fenómeno climático como débil, su efecto ha sido muy reducido, focalizado en el primer mes y medio de 2019 en la producción de alimentos (encarecimiento de algunos, en especial vegetales como frutas y hortalizas), la generación de energía hidroeléctrica, la extracción de energéticos como el carbón y el transporte de carga por impactar el estado de las vías, lo que sí se ha visto en varios países de la región a raíz de frecuentes deslaves e inundaciones ocasionadas por lluvias constantes.

El año pasado, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés), la Universidad de Columbia y la Oficina de Meteorología del Gobierno de Australia pronosticaron en estudios por separado que entre abril y junio de 2019 se esperarían fuertes sequías y altas temperaturas en la zona intertropical americana a raíz del fenómeno de El Niño, un periódico evento climatológico que impacta especialmente la actividad agropecuaria. Además, dijeron que se espera un intenso verano similar al registrado entre 2015 y 2016, sobre todo en el norte de Suramérica.

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