¿Está preparada la industria avícola para el nuevo entorno?

La avicultura deberá desarrollarse tomando en cuenta el fortalecimiento de las sociedades, las estrategias en conjunto con los gobiernos y la capacidad de adaptación.

La industria avícola en todo el mundo es considerada una de las actividades agroalimentarias más fuertes, dinámicas y de vanguardia. Sus procesos productivos contienen los más avanzados desarrollos tecnológicos que le permiten mantener su productividad y eficiencia.

Sin embargo, en nuestros días —y ante la presencia del SARS-CoV-2, que provoca el COVID-19— se genera el debate de responder a la pregunta: ¿Está la avicultura preparada para desarrollarse en el nuevo entorno económico?

El nuevo entorno global se originó en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, perteneciente a la República Popular China, en diciembre de 2019, cuando las autoridades de ese país reportaron casos de personas enfermas de neumonía atípica, causada por el virus SARS-CoV-2. La afectación y rápida propagación del coronavirus ocasionó que en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) la reconociera como una pandemia global.

Ante los hechos, las operaciones de la industria avícola latinoamericana prácticamente no fueron suspendidas debido a que las decisiones de los empresarios avícolas en Latinoamérica consideraron:

Así, los aspectos mencionados forman parte de las fortalezas que tiene la avicultura.

Pese a esto, el estrés que ha generado la pandemia en la avicultura y en los tomadores de decisiones contiene un amplio aprendizaje que deberá ser capitalizado.

De hecho, en el nuevo orden del negocio avícola la fórmula será “fortalecer las sociedades”, en específico, las sociedades que tiene la avicultura con la industria proveedora de insumos para el sector. Por ejemplo, la industria farmacéutica, los desarrolladores de tecnología, los abastecedores de granos forrajeros y oleaginosas, con los fabricantes de infraestructura en granjas, plantas de proceso o plantas de alimento para aves.

No solamente se deberán construir y reforzar esas sociedades, ya que también el nuevo concepto de negocio estima generar una enorme empatía con los gobiernos reguladores de la actividad avícola de América Latina. En este contexto, se ha dado muestra de que, si bien la industria avícola es una actividad agroalimentaria sumamente privilegiada por el consumidor, también la pandemia ha dejado notar la importancia que tienen los empresarios de establecer estrategias de trabajo en conjunto con sus gobiernos, a todos los niveles.

Nada más evidente que lo ocurrido al inicio de la pandemia, cuando se solicitó a las poblaciones mantenerse en casa para evitar la propagación de los contagios, se generó un pánico social y se consideró que los alimentos escasearían, lo que causó una sobredemanda de huevo teniendo un efecto inmediato en el aumento de los precios. Ante este hecho, las autoridades buscaron intervenir en el mercado tratando de mantener la presión sobre la industria para que disminuyeran los precios del alimento, pero las fuerzas del mercado actuaron y los precios no bajaron.

Lo anterior y lo que está ocurriendo en el desplome de los precios de la carne de pollo, derivado del cierre de los canales y mercados como el sector restaurantero y hotelero, por ejemplo, nos lleva a realizar el siguiente cuestionamiento: ¿Es oportuno realizar o fortalecer las sociedades con las autoridades de competencia económica buscando llevar a cabo algunos ajustes a las leyes de ese ámbito, para que, en sucesos como el que estamos atravesando, se pueda aplicar un plan B que pudiera consistir en la implementación inmediata de ajustes en la producción tanto de huevo como de pollo, que permitan mantener un abasto óptimo a los mercados, un precio adecuado a los consumidores de estas proteínas y rentabilidad a los negocios avícolas?

Por otro lado, es cierto que aún existen muchas dudas sobre el desarrollo de la avicultura en Latinoamérica después de que pase la pandemia de COVID-19. Lo cierto es que se espera una disminución en el producto interno bruto (PIB) global cercano al 5%, lo que traerá consigo una disminución en el empleo y en los ingresos, y por lo tanto del consumo.

Al respecto, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha realizado tres escenarios sobre el impacto que tendrá el COVID-19 en el empleo mundial. El primero establece que se podrían perder hasta 5.3 millones de empleos, por lo que caería el PIB un 2%; el segundo estima perder 13 millones de empleos y el PIB caería en 4%, mientras que en el escenario tres se prevé una pérdida de 24.7 millones de empleos, provocando una caída del PIB mundial de 8%. Son datos que no se deben perder de vista.

Por otro lado, y hacia el final de la pandemia, será vital que la industria conozca el tamaño de la crisis, por lo tanto, deberá evaluar la nueva forma de trabajo del sector. Aquí será importante considerar el establecimiento de las certificaciones que brinde confianza al consumidor y que, por otro lado, agregue valor a los alimentos avícolas.

Aun así, para enfrentar las consecuencias que deje la pandemia, las empresas avícolas deberán ser más eficientes, se deberán diversificar, tendrán que aprender a adecuarse rápidamente a los cambios. En esto, romper paradigmas será una constante, por lo que será necesario tener siempre un plan B.


Actividades de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA):

  1. ALA y WATT Global Media acuerdan alianza

En enero de 2020, la ALA y WATT Global Media acordaron unir esfuerzos para hacer que la información y actividades que realiza la ALA esté más disponibles para los productores y lectores de Latinoamérica y el mundo. Esta alianza expande la exposición informativa de la ALA.

  1. Alianza con la Comisión Internacional del Huevo (IEC)

En alianza con la IEC, la ALA da seguimiento a la discusión del texto de la normativa de bienestar animal en ponedoras de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) que se encuentra en etapa de consulta, de manera que refleje los intereses y la realidad del sector avícola en Latinoamérica.

  1. Programa de investigación científica ALA/USPOULTRY

Continúa el programa dirigido a impulsar la investigación técnica y científica mediante un fondo concursable al que pueden acceder las universidades y centros de investigación reconocidos de Latinoamérica para que sometan proyectos que sean aplicables y de beneficio para la industria avícola de la región. Los recursos son una donación de USPOULTRY a la ALA como coauspiciador de la Cumbre Avícola Latinoamericana, en la Exposición Internacional de Producción y Procesamiento (IPPE).

  1. Fortalecimiento de la institucionalidad de la ALA

Los miembros de la ALA reunidos en Punta Cana, República Dominicana, deliberaron y acordaron acciones que contribuyen al fortalecimiento de su mecanismo institucional. Se eligieron coordinadores del Instituto Latinoamericano del Pollo (ILP), el Instituto Latinoamericano del Huevo (ILH) y el Comité Técnico Científico (CTC). Adicionalmente, aprobó el plan de trabajo 2020-2021 junto con su presupuesto.

  1. Acciones ante la pandemia de COVID-19

El Consejo Directivo de la ALA, presidido por el Ing. Luis Valle Coello, se declaró en sesión permanente reuniéndose semanalmente para darle seguimiento a los acontecimientos y la situación de la industria avícola en cada uno de los países miembros. Realiza una encuesta semanal sobre la situación de la carne de ave y huevo en cada uno de los países y ha publicado dos boletines especiales.

  1. 50 aniversario de la ALA

El 23 de abril, la ALA cumplió 50 años de existencia durante los cuales ha representado y defendido los intereses de la industria avícola mediante la transformación de la avicultura en un sector innovador, a la vanguardia de la producción, comercialización y consumo de la carne de aves y el huevo.

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