Gallinas y huevos construyeron emporio frutícola en Perú

El fundador de la empresa agroindustrial La Calera, Estuardo Masías, rememoró cómo evolucionó esta imponente firma peruana.

La Calera tiene como exitoso eslogan para sus huevos de mesa el sencillo estribillo de “Los huevos del Perú”. En su principal granja, ubicada en la hacienda de 2,000 hectáreas que le da nombre a este emporio agroindustrial, a tres horas de Lima, convive buena parte de sus ocho millones de gallinas con plantaciones frutales de exportación.

Según lo reportó el diario limeño especializado en temas económicos Gestión, su fundador, Estuardo Masías, afirmó que, luego de décadas de producción avícola, “la agricultura, de lejos, da mayores ganancias a la empresa. Pero en una época fue la crianza de aves. Si no fuera por las gallinas, no tendría lo que tengo”.

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Huevos La Calera —siguió informando el reporte periodístico— “es la tercera granja de gallinas más grande de Sudamérica. En un día, venden 300 toneladas de huevos a todo el país, luego de un inicio con solo 1,000 aves. Un 1% máximo es la merma en la producción de huevos de La Calera”.

Esta firma avícola integrada con otros negocios produce 20 tipos distintos de huevos, pero ya esta actividad no es su principal fuente de ingresos. Hoy este emporio posee más de 4,500 hectáreas en distintos valles peruanos, “en ellos, no solo se dedican a la avicultura, sino también a la siembra, especialmente de cítricos. De estos terrenos sale el 40% de la exportación de frutas del Perú”.

El pasado mes de junio, Masías recibió el prestigioso premio IPAE 2018, una distinción otorgada en reconocimiento a su labor como empresario, la cual sostiene hoy 6,000 empleos directos. El destacado emprendedor recordó igualmente otras incursiones en el negocio avícola.

“También hubo un momento en el que nos dedicamos a la crianza de pollos. Vendía cerca de 90,000 al día. Pero la situación económica empeoró tanto durante el primer gobierno de Alan García (1985 a 1990), que tenía que sacrificar a los animales porque no se vendían. En muchos de esos momentos, pensé que había tocado fondo”, relató.

Sin duda, un empresario y un negocio avícola que supieron reinventarse con la diversificación.

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