El descubrimiento fue presentado por investigadores de la Universidad Rice (EE. UU.) como alternativa para aminorar el ritmo de la descomposición y de la pérdida de humedad en verduras y frutas.
Un nuevo uso tecnológico para el huevo (su clara y yema) fue desarrollado por profesionales de la Escuela de Ingeniería de Brown, adscrita a la Universidad Rice, en el estado de Texas (Estados Unidos). El líder de este grupo de investigadores, Pulickel Ajayan, dijo que tal descubrimiento podría resolver dos problemas relacionados con el desperdicio alimentario: la de los huevos malogrados durante su manipulación industrial y la de los vegetales perecederos.
“Este recubrimiento a base de huevo puede aplicarse mediante pulverización o inmersión, mostrando una significativa capacidad para resistir la pudrición alimentaria durante un periodo prolongado de tiempo, siendo comparable a los conocidos recubrimientos basados en cera, pero sin algunos de sus conocidos problemas”, dice un resumen de la investigación publicado por la revista Advanced Materials.
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A diferencia del vigente recubrimiento de cera para vegetales, el de huevo “sería más segura y comestible, logrando una ralentización de la deshidratación, proporcionando impermeabilidad frente al vapor de agua o el gas, y protegiendo a los alimentos de posibles efectos microbianos”.
Ajayan aclaró que, en caso de que el consumidor de vegetales sufra alergia al huevo o tenga restricciones de tipo ético (como el veganismo), “este recubrimiento es fácilmente lavable para poder eliminarse previamente al consumo alimentario”. Hay que aclarar que el sabor del vegetal no estaría comprometido.
La composición de este potencial nuevo recubrimiento para frutas y verduras sería así: 70% con base en claras y yemas de huevo, 29% celulosa de madera pulverizada a nanoescala (barrera para el agua) y el resto en mínimas proporciones de curcumina (antimicrobiano) y glicerol (agrega elasticidad a la mezcla).
Solo en Estados Unidos, se calcula que se malogran en manos de los comercios detallistas el 3% de toda la producción nacional de huevos de mesa. De otro lado, en el ámbito mundial, se estima que una tercera parte de toda la producción de alimentos termina siendo desperdiciada, en buena medida por la pudrición de los vegetales perecederos antes de llegar al consumidor final.