COVID-19 y la vigilancia a la inocuidad cárnica en Estados Unidos

Cuatro inspectores de seguridad alimentaria del USDA que visitaron plantas procesadoras en ese país fallecieron en las últimas semanas.

La Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales (AFGE, por sus siglas en inglés), llamó de nuevo la atención por la reciente muerte del cuarto inspector de seguridad alimentaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) expuesto al COVID-19 en una planta procesadora de carne.

La noticia fue publicada por el medio especializado norteamericano Food Quality & Safety, citando a la presidenta interina del Consejo 45 de la AFGE, Paula Schelling: “Nos enteramos de otro episodio triste y no conocemos todos los detalles, pero nos duele informar que el inspector de seguridad murió como resultado del coronavirus”.

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Este deceso, presentado en Dodge City (Kansas), se suma al de otros tres inspectores atribuidos a la misma causa, en los estados de Nueva York, Illinois y Mississippi. Estos cuatro funcionarios se suman a por lo menos 30 operarios de mataderos y plantas de proceso avícola, porcícola y pecuario que han fallecido por coronavirus, de quienes se presume fueron infectados en instalaciones cárnicas en el gigante norteamericano.

Según datos de la Unión Internacional de Trabajadores Comerciales y de Alimentos de EE. UU, citados también por el mismo medio de comunicación, unos 10,000 operarios estarían infectados o seriamente expuestos al patógeno. Al menos 30 plantas de proceso cárnico han sido objeto de cierres parciales desde marzo por esta causa.

A raíz de la directriz presidencial del 28 de abril de mantener operativas el mayor número posible de estas factorías, “el USDA prometió nuevos protocolos de seguridad para hacer el trabajo más seguro, aunque el sindicato no está seguro de que se esté haciendo lo suficiente. El problema es que algunas plantas no tienen acceso a protectores faciales, a pesar de que ahora están obligados a usarlas. Por ejemplo, una planta en Burlington (Wisconsin) puede tenerlos, pero otra en Chicago (Illinois) no. Sin embargo, las inspecciones continúan”.

Como dificultad adicional para el cumplimiento de sus tareas de vigilancia, Schelling indicó que “algunas plantas han agregado plexiglás por encima de sus mesas, que requieren que los inspectores miren a través de dos capas de plástico para poder inspeccionar adecuadamente, lo que podría ser problemático. Algunas decisiones nuevas en seguridad no se han pensado bien ni sabemos si cumplen con las normas”.

Finalizó el preocupante informe periodístico señalando que, “hasta el 12 de mayo, 123 empleados del FSIS (Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria, por sus siglas en inglés) estaban practicando la auto-cuarentena debido a la exposición al virus, y 171 empleados de campo estaban sin trabajo debido a un diagnóstico de COVID-19, según el reporte del USDA”.

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