Algas marinas en la alimentación avícola: ¿por qué?

Las algas marinas son un recurso natural y renovable que contiene polisacáridos sulfatados marinos con una amplia gama de posibilidades en producción avícola.

Tradicionalmente, las algas —un recurso natural y renovable— se han usado mucho en regiones costeras, en especial en Asia. Algunas algas se encuentran entre los organismos fotosintéticos de más rápido crecimiento en la naturaleza, con hasta un 30 por ciento de desarrollo al día, sin la necesidad de tierra cultivable o agua dulce.

Además, no hay que fertilizar el mar. “Las algas marinas absorben los nutrientes que se encuentran presentes de forma natural. Es uno de los pocos medios de regresar nutrientes del mar a la tierra”, explicó la Dra. Pi Nyvall Collén, directora científica de Olmix, en Bréhan, Francia.

Las algas producen el 50 por ciento del oxígeno de la tierra y desempeñan un papel vital en reducir el dióxido de carbono (CO2).

El uso tradicional ha mostrado que las algas tienen un bajo riesgo de toxicidad o ecotoxicidad. Estos organismos tienen pocos compuestos tóxicos, aunque se puedan contaminar con metales pesados. No obstante, los metales pesados están en formas orgánicas, que son menos tóxicos y más fáciles de eliminar.

“Los peces pueden ingerirlos, pero no se depositan en la carne, mi hipótesis es que se transfieren”, añadió Nyvall Collén. Sin embargo, cada lote de algas destinado al consumo se verifica en cuanto a estos metales pesados y dioxinas.

Los polisacáridos son la clave

Uno de los principales componentes de las algas son los polisacáridos, que oscilan del 20 al 70 por ciento del peso seco. Específicos a las algas marinas son los polisacáridos cargados polianiónicos y los sulfatados. En las algas pardas, los principales componentes son los alginatos y fucoidanos; en las rojas, son las carrageninas y los agares; y en las verdes, son los ulvanos. También tienen carbohidratos insolubles, como la celulosa o el almidón.

Los polisacáridos son el material renovable más abundante en la tierra y el mar. Son polímeros de alto peso molecular con una gran variedad de estructuras. Los polisacáridos de la pared celular de algas son los polisacáridos sulfatados marinos (MSP, en inglés). A diferencia de los de las plantas terrestres, los sulfatos que contienen les brindan propiedades físicoquímicas y biológicas particulares.

Existen similitudes con los polisacáridos en animales, como la condroitina y heparina, lo cual ofrece propiedades de inmunomodulación, antiinflamatorios, antihiperlipidémicos y antioxidantes.

“Nosotros nos hemos concentrado en los polisacáridos y los polisacáridos sulfatados, que son específicos a las algas marinas, que también son un componente que varía muy poco con las temporadas”, señaló la especialista.

Debido a que se cosechan directamente de la naturaleza, no hay variación debida a la temporada ni al lugar de recolección. Además, “la extracción en la biorrefinería nos permite reducir la variabilidad en la composición”.

Otros nutrientes

El contenido de proteína varía del 1 al 35 por ciento en peso seco, en función del grupo. En general, las algas marinas rojas cuentan con un nivel más alto de proteína que las verdes o pardas. Va a depender de las condiciones del ambiente de desarrollo. Si es rico en nitrógeno, van a tener más proteína.

Las algas son muy ricas en minerales —de 10 a 30 por ciento en peso seco— y contienen una amplia gama de estos, como potasio, calcio, fósforo, magnesio y azufre. “Esto se debe a que el agua de mar es un ambiente rico en minerales, con casi todos los elementos traza (boro, hierro, cloro, manganeso, yodo, cobre, zinc, molibdeno, silicio) conocidos en tierra”, comentó la directora científica de Olmix.

Las algas marinas absorben cantidades minúsculas de todos estos compuestos y los macronutrientes pueden controlar qué iones absorber y enriquecerse en niveles varias veces mayores a los que contiene al agua.

“Cada año, descubrimos nuevos elementos traza en las algas porque mejoramos nuestra capacidad de detección. Además, las algas marinas pueden ser también una manera de reducir deficiencias de elementos, que ni siquiera sabemos que necesitamos”, añadió.

Los lípidos, que van del 0.5 al 4 por ciento en peso seco, son muy buenos, pero en niveles bastante bajos. “En realidad, no se usan las algas marinas por su contenido de lípidos”.

Son también fuente de vitaminas A, B1, B2, B6, B12, C, D3, E y K, y de pigmentos como las ficobiliproteínas y carotenoides, aunque sus efectos en la pigmentación solo se han probado en camarones.

En cuanto a metabolitos secundarios, contienen polifenoles y florotaninos. El nivel y actividad de pigmentos, vitaminas y metabolitos secundarios depende mucho del nivel de procesamiento.

Usos de las algas marinas

Estos vegetales cuentan con un enorme potencial de aplicación para las plantas, animales y seres humanos. Aunque hay muchas investigaciones realizadas, son mucho menos que en las plantas terrestres. Existe una alta diversidad de organismos que permiten aumentar las posibilidades.

Las algas se usan en forma de harina para la alimentación animal, aunque también para alimentos para consumo humano, coloides y química fina.

Los extractos de algas forman una amplia gama de productos que trabajan sinergísticamente en el ambiente y equilibrio interno en la producción avícola, al usarse tanto en la granja como en el alimento o de uso veterinario:

  1. Mejoran la higiene y bienestar al añadirse a la cama
  2. Reducen el riesgo de micotoxinas
  3. Impulsan la actividad enzimática
  4. Mejoran la función digestiva y renal
  5. Refuerzan la inmunidad
  6. Disminuyen problemas digestivos y rehidratan

Con los productos para el bienestar digestivo, aumenta la secreción de mucina, la cual desacelera a los patógenos y le da tiempo al sistema inmunitario de entablar la batalla contra ellos.

Recolección y proceso

Francia es el segundo productor de algas de Europa, después de Noruega. Bretaña, en el noroeste del país, es uno de los lugares de mayor recolección, pues cuenta con 2,730 km de costas. En ellas hay 700 especies de algas marinas, es decir, un 3 por ciento de la diversidad mundial.

La biomasa que se cosecha de poblaciones naturales proviene de la playa, el mar y el cultivo, lo cual constituye entre 75,000 a 80,000 toneladas/año (en peso húmedo).

En Bretaña, hay temperaturas estables y mareas muy favorables. Además, sus márgenes rocosas son medios ideales para que las algas marinas se puedan sujetar.

Las algas se recolectan frescas. “Hemos desarrollado una herramienta específica de recolección que no recoge arena”, señaló Nyvall Collén. Luego, se lavan para reducir el nivel de sal, eliminar moluscos y otros organismos pegados a ellas. Posteriormente, viene la fase de separación, hidrólisis y extracción.

En una biorrefinería dedicada se caracterizan, se lleva a cabo el control de calidad, se usa metodología HACCP y se tiene una rastreabilidad total de la recolección al producto final.


¿Qué son las algas?

Las algas constituyen un grupo funcional de organismos vivos que viven en el agua y que, con la clorofila, son capaces de realizar la fotosíntesis oxigénica. No obstante, son diferentes a las plantas terrestres. Su ciclo vital, por lo general, se lleva a cabo en ambientes acuáticos y húmedos (en agua dulce o salada). No tienen raíces, flores o semillas.

Son un grupo polifilético con diversos organismos, que incluye a los procariotas y eucariotas:

Los tamaños de las algas varían de 0.5 µm a 70 m, como el sargazo. Y un dato importante: hay más diversidad solo entre las macroalgas que la que hay entre hongos y animales.


¿Qué son las algas marinas?

Todas las algas marinas son algas, pero no todas las algas son algas marinas. El término algas marinas se usa para describir las algas que son:

Las macroalgas están divididas en tres grupos:

Hay algunas macroalgas de agua dulce, pero son muy pocas.

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