Bolivia podría triplicar su producción de maíz y soya

Este crecimiento sería posible en cinco años gracias a la utilización de semillas transgénicas, abierta recientemente por un decreto nacional.

El gobierno nacional boliviano expidió recientemente el Decreto 4232, que “de manera excepcional autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación del maíz, caña de azúcar, algodón, trigo y soya, genéticamente modificados en sus diferentes eventos, destinados al abastecimiento del consumo interno y comercialización externa”.

Según con ese contenido literal, el país altiplánico dejaría de ser uno de los pocos que en Latinoamérica proscribe la siembra de organismos genéticamente modificados y podría aprovechar mejor su vasta área dedicada hoy a la producción de estos mismos alimentos con semillas no modificadas y de menores rendimientos por hectárea.

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Esta medida fue celebrada por el empresariado agrario que veía en la prohibición de los avances tecnológicos una desventaja competitiva frente a sus pares vecinos de Brasil, Argentina y Paraguay, quienes no solamente producen estos granos para satisfacer la demanda interna y sostener una importante producción pecuaria, sino que son representativos exportadores de granos, entre ellos soya y maíz amarillo duro, los principales insumos avícolas.

El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Marcelo Pantoja, dijo no entender cómo se demoró tanto la norma, pero destacó que se haya tomado la decisión pensando en el país. “Es un acierto, la mejor noticia en el campo en los últimos 14 años, genera un cambio radical, con tecnología de punta”, dijo Pantoja, según reseñado por el diario Los Tiempos.

De acuerdo con cálculos de la misma gremial Anapo, se espera triplicar su producción de 4.5 millones de toneladas anuales a 12 millones. Esto representaría un ingreso de US$2,000 millones anuales, además de dar empleo a unas 300,000 personas.

“Tendrá un efecto multiplicador y dinamizará la economía en el mediano plazo. Se deben evaluar dos campañas de eventos y se elige qué variedades en Bolivia van de acuerdo con los lineamientos o las condiciones de tierra, clima y otros. Probablemente los primeros resultados de esta primera inversión se vean en cinco años”, comentó Pantoja.

Organizaciones y colectivos ambientalistas como Plataforma Agroecológica, Probioma y Sistemas Alimentarios Sostenibles se opusieron a la medida por considerar que ciertas semillas transgénicas pueden afectar la biodiversidad nacional.

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