Brasil puede producir más maíz para alimentos balanceados

La producción brasileña de maíz ha experimentado un tremendo crecimiento y hay ambiente para un aumento mayor.

La historia de la producción de maíz en Brasil es una de éxito. Desde 1960 hasta hace 22 años, el gigante suramericano a veces importaba y a veces exportaba solo un poco del grano. Después, vino la producción y exportación fuerte.

En 2019, produjo 101 millones de toneladas de las que exportó 37 millones. Por eso es ahora el segundo exportador mundial del grano, detrás de Estados Unidos.

Maíz brasileño y exportaciones

En el mercado internacional, Estados Unidos siempre ha mantenido un fuerte ritmo de exportaciones, así como el liderazgo mundial. El Mercosur y Brasil en particular han mantenido también una fuerte presencia en los mercados mundiales. Pero no fue sino hasta los albores de este siglo que los países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se perfilaron como potencias productoras y exportadoras de la gramínea.

En el año agrícola de 2018-2019, Estados Unidos exportó aproximadamente 52 millones de toneladas de maíz, mientras que todo el Mercosur alcanzó las 69.5 millones de toneladas. Brasil produjo 101 millones de toneladas de maíz, de las cuales consumió en su industria 57 millones y exportó 37 millones de toneladas. Hasta finales del siglo pasado, Brasil exportaba muy poco de lo que producía, es decir, su industria lo consumía casi todo.

Hoy en día, la situación ha cambiado. Las exportaciones representan casi un 40% de su producción y los productores de aves y cerdos siguen contando con suficientes existencias nacionales. La mayor parte de las exportaciones en grano se realizan a Asia a países como Corea, Vietnam, China, Japón, India e Irán, así como al Medio Oriente.

Las proyecciones hacia 2028-2029 son de un aumento en la producción, consumo y exportación. De acuerdo con datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y del Ministerio de Agricultura de Brasil mostrados por Sérgio Bortolozzo, presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz (Abramilho), se espera que en dicho año agrícola se produzcan 140 millones de toneladas —el doble comparado con 20 años atrás—, se consuman 70 millones y se exporten 60 millones de toneladas de maíz amarillo, pues casi no se produce maíz blanco.

Brasil va a producir más aves y cerdos, por lo que tendrá un mayor consumo. “Tenemos las condiciones para poder aumentar la producción”, señaló Bortolozzo.

Dónde se produce el maíz

Últimamente, ha habido serias preocupaciones en todo el mundo por la deforestación de la selva amazónica. Sin embargo, la producción agropecuaria no es la causante de esto. En el caso particular del maíz, “el 95% de la producción se realiza en el centro y sur del país, y solo el 5% es en la zona del Amazonas. No se realiza en las selvas tropicales”, explicó el presidente de Abramilho.

De esta forma, la producción del grano que se exporta se concentra en el sur y centro, en la región conocida como el Cerrado brasileño, compuesta de sabana tropical que se extiende por casi 2 millones de km2. Mato Grosso es el estado que más maíz produce, con el 32% de la producción nacional. Le sigue Paraná con el 17%.

Productividad y biotecnología

En 1976, el rendimiento de una hectárea brasileña de maíz era de 1,414 kg. Hoy en día, los rendimientos han registrado un crecimiento del 350%, para llegar a las 6,378 kg/hectárea en promedio. Solamente se registró una desaceleración del promedio de rendimientos en 1997. Sin embargo, a partir de ese año, los aumentos han sido constantes.

La base de todo esto es la biotecnología, sobre todo después de la aprobación de la ley de la biotecnología en 2005. Se calcula que el 90% de los productores brasileños de maíz usa la biotecnología para sus cultivos. Solo el 10% restante utiliza maíz tradicional.

Bortolozzo está convencido de que un aumento en la producción solo se puede hacer con la biotecnología, “no necesariamente con el uso de más tierra, ni con la deforestación”, lo cual es un punto importante por considerar. Da un ejemplo muy claro: si actualmente cultivan unas 30 millones de hectáreas de maíz, con aumentar el rendimiento 1 tonelada por hectárea, “aumentaríamos en 30 millones de toneladas la producción. Esto es muy importante tomarlo en cuenta”.

De acuerdo con el Consejo de Información sobre Biotecnología (CIB), los beneficios de la biotecnología que esperan en Brasil para el maíz y la soya hacia el 2028 son un 82% de ganancia en la productividad y un 18% en la reducción de costos. También es de esperarse que haya una reducción en el uso de plaguicidas. Las utilidades totales crecerían en el período de 2019 al 2028 de BRL6,000 millones a BRL86,300 millones.

Maíz para etanol

Aunque Brasil ha sido un país pionero en el uso del etanol como combustible, la producción a partir del maíz no ha sido muy significativa. De acuerdo con datos de la Unión Nacional de Etanol de Maíz (UNEM), en 2018-2019 se produjeron 800,000 litros de etanol con 2.08 millones de toneladas de maíz. Se espera que dentro de 10 años se produzcan 3.34 millones de litros con 8.09 millones de toneladas del grano.


Abramilho: la asociación de productores de maíz de Brasil

Fundada en el 2007, la Asociación Brasileña de Productores de Maíz (Abramilho) se estableció a partir de un movimiento espontáneo de los productores del grano, por la necesidad de organizarse frente a los desafíos nacionales e internacionales experimentados en los últimos años.

Los productores saben que es necesario aumentar la productividad si quieren enfrentar estos desafíos. Este es el papel de la asociación: representarlos en la búsqueda de apoyo político, tecnológico y mercadológico para lograr eso.

Abramilho es una asociación civil con sede en Brasilia, que tiene como miembros a asociaciones estatales y del Distrito Federal, así como cooperativas, entidades nacionales y regionales con intereses comunes. Su Consejo Consultivo incluye representantes de la comunidad científica y de las entidades sindicales representativas de sectores vinculados a la cadena productiva del maíz.

Entre sus actividades está la liberación de procesos relativos a las actividades que implican el uso comercial de organismos genéticamente modificados (OGM) y sus derivados, así como la defensa del productor de maíz con respecto al mercado interno y a la garantía de la exportación de excedentes.


Maizall: Brasil, Argentina y Estados Unidos juntos

Los agricultores de Norte y Suramérica saben de la necesidad de aumentar la productividad agrícola para atender la demanda sin precedentes para la alimentación humana y animal. Se tiene que hacer de forma sustentable con menos tierra, energía y agua, así como mitigar el impacto del cambio climático.

Por eso, los agricultores deben tener acceso a las prácticas de producción agrícola, como la biotecnología. Sin embargo, el impasse reglamentario y la falta de conocimientos del consumidor de tecnologías agrícolas restringen la capacidad de los agricultores de captar los beneficios de la innovación.

En enero de 2013, los líderes de las asociaciones de productores de maíz de Argentina, Brasil y Estados Unidos se reunieron para analizar la colaboración en cuanto a las barreras de acceso a los mercados globales relacionadas con la introducción de nuevas tecnologías en la agricultura, en particular en biotecnología. Esto llevó a la formación de Maizall: la Alianza Internacional del Maíz. Este grupo tiene tres prioridades: comunicar los beneficios de los métodos de producción agrícolas y tecnologías modernas, tratar la aprobación asincrónica de productos biotecnológicos y promover la armonización reguladora.

X