Novedades en ingredientes y técnicas de nutrición avícola

Calidad de materias primas y pasos del mezclado se potencializan con mayor conocimiento de los momentos para liberar nutrientes y la apertura a nuevos ingredientes y tecnologías.

Ya es un lugar común resaltar el carácter holístico de la nutrición en el negocio avícola y podría decirse que el desafío hoy estaría más en actuar de manera consecuente en las granjas, para lo cual la industria brinda un abanico interesante de opciones que apuntan a la eficiencia y la sostenibilidad integral.

Un especialista en el tema es el zootecnista colombiano Juan David Fernández, gerente de Nutrición de la multilatina especializada en premezclas Premex. Industria Avícola conversó con él acerca de esas nuevas oportunidades propiciadas por años de investigación aplicada y avances en áreas específicas del conocimiento, que van más allá de esa misma empresa.

Juan David Fernández es gerente de Nutrición de la firma latinoamericana de premezclas Premex, con presencia en 22 países de cuatro continentes. (Alexander Barajas)

“La nutrición no funciona por sí sola y hay que verla dentro de un todo, de una integralidad que incluye la evaluación de la calidad de materias primas, los pasos en el mezclado, hasta saber elegir los momentos (etapas) y cantidades acordes para entregar los nutrientes”, expresó. “En este esfuerzo, la tecnología es una gran aliada para aumentar el desempeño nutricional”.

En este repaso, Fernández mencionó al menos cinco grandes frentes en los que actualmente se centra la investigación global de vanguardia, con posibilidad de seguir avanzando en lograr mejores conversiones de alimento en carne de pollo y huevo, en claro apoyo desde la nutrición a los avances en genética aviar.

Nuevas tecnologías

“Los entornos externos a la avicultura son importantes y debemos conocerlos, pero no se pueden controlar o no podemos intervenir directamente en ellos (como las tasas de cambio, guerras comerciales, episodios sanitarios en otros países, entre otros). Por eso, los productores de esta agroindustria deben concentrarse en las variables que sí podemos impactar, como aplicar la tecnología e innovación en la nutrición”, opinó el experto zootecnista.

En el rubro de las tecnologías aplicadas a la nutrición, el experto mencionó la nanotecnología y la biotecnología. De la primera, indicó que “investigar para el futuro implica también pensar en nuevas formas de presentación de los productos para una mayor eficiencia”.

Aseguró que algunas firmas de nutrición y premezclas cuentan con plantas pilotos y equipos de investigación y desarrollo para producir diminutas partículas de nutrientes de más fácil absorción por el metabolismo animal. “Además, se pueden incluir así elementos como inhibidores de hongos; la granulación y la microencapsulación mediante nanotecnología, lo que facilita entregar los nutrientes donde y cuando se necesitan”.

Respecto a la biotecnología aplicada a la nutrición en avicultura, dijo que se profundiza en integrar avances alcanzados o pensados inicialmente para la nutrición humana. Destacó aquí el potencial del hongo Ganoderma lucidum para el fortalecimiento del sistema inmune de las aves. En este punto, añadió la importancia del análisis microbiano del sistema digestivo de las aves, que cada vez es más recurrido y preciso. “Saber qué compone el microbioma de las ponedoras y los pollos es crucial en el proceso de absorción de nutrientes. Permite conocer cuáles microorganismos contribuyen a mejorar la conversión en cada etapa de levante y producción del animal”.

Ingredientes específicos

Sobre nuevos ingredientes que vienen adquiriendo especial relevancia en el mezclado del alimento concentrado, Fernández mencionó los minerales orgánicos, los metabolitos de ciertas vitaminas, los ácidos orgánicos, al igual que los cultivos de algunos virus benéficos como los bacteriófagos.

“Está demostrado que con los minerales orgánicos se mejora el estado inmunitario de las aves y aumenta la vida útil de su carne en el anaquel, pues se da una menor contaminación de microorganismos”, explicó. En este punto, sobresale el llamado selenio orgánico, “que permite aumentar hasta 12 días de exhibición detallista con refrigeración. Mantiene la integridad celular y evita procesos de oxidación”.

Para maximizar la inocuidad o biodisponibilidad del producto terminado, en especial del pollo procesado, se están utilizando con buenos resultados algunos ácidos orgánicos que actúan como inhibidores de microorganismos (ácidos láctico, propiónico, fumárico, entre otros).

Soluciones de estos mismos ácidos se viene aplicando al pollo, de tiempo atrás y en otras latitudes, en las fases finales del faenado y con el mismo objetivo de bajar las cargas microbianas. Ya dentro del organismo del animal, el suministro controlado de bacteriófagos permite reducir todavía más la presencia de bacterias patógenas como la Salmonella.

“Al ser virus, estos bacteriófagos mueren luego de acabar con la población de bacterias, sin riesgos para aves o humanos”, apuntó.

Finalmente, el gerente de Nutrición de Premex habló de un metabolito de la vitamina D3 (alfa D3) que “se salta todos los procesos metabólicos, por lo que está mucho más activo y biodisponible para el animal”.

Dicho metabolito vitamínico ha entregado positivos resultados en aspectos como la dureza del cascarón de los huevos y una mejor estructura ósea. “Eso permite que los problemas de rotura de cáscaras sean menores, así como la incidencia de fatiga y mineralización de las gallinas ponedoras. En los pollos, fomenta mejores estructuras óseas que evitan casos de pollo postrado, así se aporta al bienestar animal y se ayuda a tener una uniformidad mayor en los lotes”.


Prevenir con nutrición

La necesidad de presentar lo más pronto posible al mercado los alimentos de origen aviar hace prioritario el afán preventivo contra amenazas sanitarias a través de la nutrición. Por ejemplo, el microbioma de un pollo o una gallina ponedora puede tardar hasta 96 días en reponerse de un ataque de bacterias como la Salmonella. Además de ese tiempo, se suman los costos asociados al tratamiento y las pérdidas en conversión, lo que hace que la opción curativa sea la menos recurrida. Una adecuada nutrición debe garantizar la entrega de alimento y agua en las cantidades, calidad y oportunidad demandas por las aves. Se calcula que estas ingieren alimentos cada cuatro horas y se hidratan en episodios separados por 30 o 45 minutos. Y cada individuo lo hace a su tiempo. Entre los objetivos de la nutrición debe estar el preparar las aves para su faenado, soportando incluso el periodo de ayuno previo que no debe superar las 12 horas antes del sacrificio. Menos de ocho horas se entiende como subayuno, el ayuno apropiado entre ocho y 12 horas, y el sobreayuno luego de ese lapso. Antes de la captura de las aves, el ayuno no debe superar las cinco horas. Frente a esto, la nutrición debe responder propiciando mejores condiciones físicas del animal, con un mínimo de pérdida de peso muscular.

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