Salud ósea, resistencia del huevo y otros desafíos de hoy

Los desafíos actuales para producir huevo se relacionan en gran medida con la nutrición, pero también con la sustentabilidad y el bienestar animal.

En la Cumbre Avícola Latinoamericana, el Dr. Sergio Fernández, de DSM México, se dirigió a los asistentes para hablar sobre la nutrición de gallinas de postura, que el día de hoy enfrenta múltiples desafíos.

El panorama ha cambiado: ya hay gallinas que producen 500 huevos y 16.8 kg extra de masa de huevo por ave, por lo que, si se considera que el 63.4 por ciento del costo de producción es el alimento balanceado, se necesita poner énfasis en él.

No obstante, tenemos que tomar en cuenta el potencial genético del ave moderna, la rentabilidad, la sustentabilidad, el bienestar animal y la producción libre de antibióticos, tan en boga hoy en día.

El Dr. Sergio Fernández, de DSM México, habló en la Cumbre Avícola Latinoamericana sobre los avances en nutrición de ponedoras. (Benjamín Ruiz)

Hablando más de la relación de la alta producción de masa de huevo con la nutrición, Fernández dijo que, si una gallina deposita alrededor de 2.3 g de calcio por huevo, significa que en un ave que produce 500 huevos a las 100 semanas de edad va a depositar 1.1 kg de calcio en forma de cáscara de huevo. Esto equivale al 65 por ciento de su peso corporal.

Al ver estos asombrosos números, queda claro que la salud ósea y la resistencia de la cáscara son de primordial importancia. El experto de DSM habló de las características del hueso medular, cuya producción es dependiente del estrógeno, se degrada y deposita con mucha más facilidad que los huesos trabecular y cortical, y es una reserva de calcio para la formación de la cáscara. En función del mayor tiempo que se mantenga el hueso estructural, mejor será la producción, calidad de la cáscara de huevo y se evitarán problemas óseos, afirmó.

Una gallina con 90 por ciento de producción consume diariamente 3.72 g de calcio. Durante 9 de cada 10 días, la gallina deposita 2.3 g de calcio por huevo, es decir, el 62 por ciento de lo que consume cada día. Para la formación de la cáscara, un 60 a 75 por ciento del calcio proviene del alimento, y un 25 a 40 por ciento proviene del hueso (bajo circunstancias normales del hueso medular).

Estos rangos pueden variar, ya que la cáscara se forma principalmente en la noche, cuando el ave no tiene alimento en el tracto digestivo, eso lleva a un mayor uso del calcio del esqueleto. Así, al ofrecer de un 50 a 70 por ciento del calcio con un tamaño de partícula grande (2 a 5 mm), va a permanecer en la molleja, donde se va a moler y absorberse posteriormente en el intestino. Esto va a quitarle presión al esqueleto como fuente de este mineral esencial.

El Dr. Fernández también habló de los cambios en el consumo y el uso de calcio en la ponedora, del dilema de este mineral —con respecto a la urolitiasis—, así como de otros nutrientes como la energía, proteína, lisina o el fósforo fítico.

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