Secretos de la formulación de superpreiniciadores de pollo

La formulación de superpreiniciadores comerciales no tiene por qué ser un secreto; aquí abordamos el tema con experiencias comerciales reales.

Ya hemos hablado acerca de los motivos y beneficios de usar una fórmula superpreiniciadora de pollo de engorde en los primeros siete días después del nacimiento. También hemos deliberado sobre los ingredientes que hacen que estas fórmulas sean tan especiales, que les brindan ese impulso extra que los pollitos necesitan en los primeros días de vida.

Pero, con todo, sigue siendo un gran secreto entre los nutricionistas, probablemente porque esta tecnología es muy reciente. No tiene por qué serlo, así que aquí hablaremos sobre estas fórmulas, con un ejemplo de la vida real.

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Fórmulas de casos reales

Las fórmulas incluidas en el cuadro 1 son genéricas, basadas en situaciones reales de clientes que producen pollos de engorde a gran escala en Europa y otras partes. De hecho, la fórmula convencional, un preiniciador típico administrado durante los siete días posteriores al nacimiento, es una dieta altamente fortificada.

La Tabla 1 muestra dos fórmulas reales utilizadas en condiciones comerciales europeas para probar la eficacia de una alimentación de pollos de engorde superpreiniciadores sobre una convencional.

Como algunos nutricionistas podrán indicar, no es tan alta en energía, pero es suficiente en aminoácidos y en el resto de los nutrientes vitales. En esta formulación en particular, usamos un enfoque típico de antibióticos más un anticoccidiano y, como tal, no sirve para un programa que no use estos compuestos.

La nueva fórmula, el superpreiniciador, está formulado con niveles similares de nutrientes y la única diferencia es el uso de fuentes de proteína altamente digestibles (plasma animal y concentrado de proteína de soya). El plasma animal promueve la salud intestinal y el consumo de alimento, mientras que el concentrado de proteína de soya es una fuente densa de aminoácidos altamente digestibles. Se pueden agregar otros ingredientes especializados, todos proteínas, a costa de la harina de soya, aunque hay un límite en el costo.

La última dieta es una que no usa aditivos promotores del crecimiento en el alimento. Para reemplazar los antibióticos, en su lugar, depende de enzimas, ácidos orgánicos y compuestos fitogénicos, pero aun así usa una preparación coccidiana. Hágase notar que estas fórmulas son ejemplos genéricos, ya que cada granja necesitará de personalización para que se ajuste a la genética, estado de salud, instalaciones, ingredientes y objetivos. Solo se muestran con la finalidad de debatirlos.

Desempeño en campo que compensa el costo extra

Cuando se usan tales fórmulas bajo condiciones comerciales, los resultados pueden ser de satisfactorios a excepcionales; de cualquier forma, más que suficiente para cubrir el costo extra. Pongan atención en los resultados obtenidos por un integrado comercial en Europa. Ahí se alimentó una variante personalizada de las dietas convencionales y de superpreiniciadores presentes en el cuadro 1, seguido de un alimento iniciador y de engorde típicos hasta el sacrificio.

Como se puede ver en el cuadro 2, después de analizar dos lotes de pollos de engorde, la dieta convencional hizo un muy buen trabajo. El desempeño es comparable con muchas granjas modernas que usan genética y programas de nutrición similares. Pero, como era de esperarse, el superpreiniciador le dio a las aves una ventaja anticipada que duró hasta la edad al mercado.

La Tabla 2 muestra los resultados de la alimentación de una fórmula de pollo de engorde con superpreiniciador versus una convencional durante los primeros siete días después de la eclosión en una instalación comercial europea.

Los pollos alimentados con el superpreiniciador durante los primeros siete días posteriores al nacimiento (en promedio, en los dos lotes):

Puede parecer sorprendente que unos cambios tan pequeños en la formulación del alimento, por un período tan corto, puedan tener tal impacto a lo largo de la vida comercial del pollo, pero quienes se ocupan de la nutrición de animales jóvenes pueden dar fe de este fenómeno: la inversión en nutrición temprana al final rinde buenos dividendos. Esto es verídico no solo para el pollo de engorde, sino para lechones y terneras.

Nuevas mejoras a las fórmulas

Lo ideal es que la fórmula superpreiniciadora contenga incluso menos harina de soya y más proteínas purificadas, tales como, por ejemplo, concentrado de proteína de soya o gluten de trigo. La cantidad exacta de gluten de trigo puede ir del 2% (en Europa y EE. UU., en donde es más caro) hasta el 10% (en Asia, en donde es relativamente económico).

Una vez más, esta es una cuestión en la que cada formulador tendrá que encontrar el equilibrio entre el costo y beneficio. Tal vez, algo de harina de pescado podría mejorar aún más la fórmula, pero esto queda por verse. Al final, la inversión en nutrición temprana da buenos resultados.

Además, me hubiera gustado ver reducida la proteína cruda total para evitar los problemas del exceso de proteína en la dieta que le “roba” potencial de desempeño al pollo, pero es mi preferencia personal. Esta recomendación es todavía más pertinente cuando se excluyen promotores del crecimiento (antibióticos) y anticoccidianos tradicionales. En tal caso, es casi imprescindible mantener lo más baja posible la proteína cruda y la digestibilidad de la materia orgánica lo más alta posible para evitar que el intestino inferior se sobrecargue con todo tipo de nutrientes que puedan usar los patógenos para ocasionar molestias digestivas.

Llevarlo al límite

Lógicamente, cuando se desea un poquito de lo bueno, bastante más no hará daño, ¿verdad? Tal vez, añadir dichos ingredientes de especialidad en la dieta de crecimiento y —¿por qué no?— en la de finalización del pollo pueda brindar aún más mejoras en el desempeño y la rentabilidad.

Para quienes se topan por primera vez con los beneficios de la nutrición temprana, no se trata de una suposición poco razonable. La experiencia con otras especies ha demostrado que la recuperación de la inversión disminuye muy rápidamente, por lo que es mejor establecer el “peso” al inicio. Pudiera ser que al tener un superpreiniciador aún más fortificado y caro que el que aquí presentamos, sea suficiente durante solo cuatro días después del nacimiento, pero una vez más, aún nos queda mucho por investigar. Claro está, esta posición no aplica para ingredientes que sustituyen a los antibióticos. De cualquier forma, esta es una nueva y emocionante frontera para los nutricionistas especializados en nutrición temprana.

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