Hace falta educación sobre alimentos editados genéticamente

Un nuevo estudio encuestó la disposición de los consumidores estadounidenses a probar alimentos creados con esta nueva tecnología y esto fue lo que respondieron.

Los consumidores desconocen en gran medida los beneficios ambientales y de bienestar animal de los vegetales y las carnes editados genéticamente, reveló una encuesta en la que se entrevistaron a 5,000 compradores de alimentos de Estados Unidos. Sin embargo, los consumidores dijeron estar más dispuestos a comprar estos alimentos una vez aprendieron más sobre la técnica, según el estudio.

La encuesta definió los productos editados genéticamente como vegetales o carnes que se han reproducido con precisión de una manera que realiza cambios específicos o ediciones para resaltar las características deseadas. En los animales, la edición de genes puede hacerlos más resistentes a las enfermedades, resolver problemas de salud hereditarios y ayudar a abordar los problemas de bienestar animal.

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“La edición de genes, como técnica de reproducción de plantas y animales, es una tecnología de alimentos relativamente nueva, por lo que creemos que es importante establecer una línea de base para la comprensión del consumidor y cómo ese nivel de comprensión afecta las decisiones de compra”, expresó en un comunicado Leslie Sarasin, presidente y CEO de la Food Industry Association (FMI).

Principales hallazgos

Estos son los principales hallazgos de la encuesta:

El estudio de investigación sobre los consumidores fue realizado por la FMI Foundation en asociación con la American Seed Trade Association, la American Farm Bureau Federation y la Farm Foundation. Este evaluó las creencias de los consumidores, la conciencia y la comprensión de la edición de genes en la agricultura y qué tan dispuestos estaban a comprar vegetales o carne editados genéticamente.

Formas de aceptación del consumidor

La educación es crucial antes de que los consumidores acepten nuevas tecnologías. “Es difícil para [los consumidores] comprender lo que sucede en la granja y ser solidarios cuando realmente no entienden los cambios que están ocurriendo”, explicó Roxi Beck, directora de compromiso del consumidor del Centro para la Integridad Alimentaria.

Beck compartió cuatro formas clave para comunicarse efectivamente con los escépticos de la edición de genes en la convención anual de la American Farm Bureau Federation en Austin, Texas. Estas son:

  1. Ser confiable y cercano: los portavoces de la edición genética deben tener credenciales y ser confiables. “Los valores compartidos son de tres a cinco veces más importantes que solo presentar los hechos. Tenemos que hablar sobre quiénes somos y a qué nos dedicamos”, sostuvo.
  2. Conectar la edición de genes con la salud humana: defina los productos de edición genética como “evolutivos” y no “revolucionarios”, por la connotación negativa que evoca. Hable sobre los beneficios de la edición genética y cómo los productos podrían ser mejores para la salud humana.
  3. Demostrar beneficios que se alineen con lo que el consumidor quiere: los consumidores no quieren saber cómo esta técnica es buena para las compañías, sino cómo puede beneficiarlos a ellos. “Es difícil para ellos entender lo que sucede en las granjas y ser solidarios cuando realmente no entienden los cambios que están ocurriendo”.
  4. Unir imágenes o analogías: los consumidores no quieren explicaciones académicas, sino comprensibles y ayudas visuales para entender el beneficio de la tecnología. Asegúrese de que el mensaje no sea demasiado simple o condescendiente.

¿Cuál es la diferencia entre un alimento editado genéticamente y uno transgénico?

Los transgénicos son organismos genéticamente modificados (OGM) a los que se les añadió genes de otra especie. Todos los transgénicos son OGM, pero no todos los OGM son transgénicos, explica en su sitio web OCU, una organización de consumidores en España.

La aceptación de los productos editados genéticamente abre la puerta al uso de la técnica de edición genética CRISPR, herramienta considerada molecular que se usa para corregir el genoma de una célula, cualquiera de ellas. Ya países como Estados Unidos o Japón han dado la luz verde para el desarrollo de alimentos editados genéticamente con estas técnicas.

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