27 de julio de 2018
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Anuncios de alzas en producción avícola son como algunas personas: lindas de lejos; no tanto de cerca. ¿Vale la pena crecer en cantidad, pero nada en valor?
Al cierre de esta semana se dieron dos interesantes noticias respecto al comportamiento de la producción de alimentos de origen avícola en Colombia y México. En el primer caso, la gremial Fenavi daba cuenta de que el primer semestre de 2018 registró un aumento productivo de 6.7 por ciento, combinando carne de pollo y huevo.
Al final de este año se espera que ese empuje decaiga para cerrar con un global máximo del 4 por ciento. Suena bien a primera vista. Sin embargo, si se contrasta con el crecimiento económico que a duras penas llegará al dos por ciento en ese país andino, es fácil vaticinar que muy poco del alza en producción se traducirá en un aumento efectivo de las utilidades.
Y el caso colombiano es paradigmático, se repite con distinta intensidad desde Argentina hasta el Caribe. A falta de un aumento superior o por lo menos paralelo de la demanda, su lógica consecuencia es el congelamiento o caída comparada de los precios al detal. En Colombia, sacando inflación, los precios son prácticamente los mismos en la última década.
En la práctica, no es un problema de falta de mercado; más bien, de desarrollo de este. Las cifras de consumo per cápita son un engañoso promedio que divide producción por número de habitantes, pasando por alto que en realidad una porción importante de nuestras poblaciones siguen sumidas en la pobreza, lo cual les dificulta acceder a mayor proteína animal de calidad como el pollo o el huevo, pese a su bajo costo frente a otras alternativas.
A falta de reales posibilidades exportadoras, el crecimiento efectivo y cercano estaría sustentado en nuestros países en la superación de la pobreza, que no crece tanto ni tan velozmente como se quisiera. Tal vez eso se entendió en México, aunque allí hay que tener en cuenta la apertura a las importaciones, sobre todo de carne de pollo.
El mexicano Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), presentó los resultados de su más reciente Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA 2017), la tercera desde 2014, dando cuenta de que la producción de aves de corral cayó de 399.8 millones a 341.3 millones de ejemplares en tres años. Se pregunta uno algunas cosas: ¿Cuándo se alcanza el techo para empezar a racionalizar la producción? ¿Será posible un consenso? ¿Las normas y el mercado lo permitirán?
Cacareo: Se rumora que Fenavi Colombia tendría por primera vez una mujer como presidente ejecutivo en 35 años. Aunque no se conocen nombres, dos de los seis aspirantes a reemplazar a Andrés Valencia (futuro ministro de agricultura) son mujeres. Se sabrá antes del Congreso Nacional Avícola de Bucaramanga (oriente), el 5 de septiembre.