5 claves para controlar la salmonela en reproductoras

La granja de reproductoras debe tratarse como una planta de procesamiento. ¡Son instalaciones de producción de alimentos!

Hay factores clave que ayudan a controlar la salmonela en las reproductoras pesadas y siguen los desafíos. Pero primero debemos establecer un objetivo.

“Es evidente que el objetivo de cualquiera es un pollito libre de salmonela”, aseguró el Dr. Eric Jensen, vicepresidente de Servicios Veterinarios de Aviagen, durante el World Nutrition Forum de Biomin en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, el pasado octubre de 2018. Desafortunadamente, quizás esa no sea la realidad de cada compañía en el mundo. En reproductoras pesadas, es mejor un objetivo más sencillo y realista, como la reducción del nivel de salmonela que llega hasta la planta de procesamiento.

En primer lugar, se necesita saber en dónde se encuentra uno con la salmonela y el estatus de la parvada. Lo mejor es usar una combinación de un mínimo de dos pares de muestras con hisopos de las botas y de múltiples muestras de polvo para tener una buena sensibilidad.

  1. Bioseguridad estructural

Selección del lugar: el aislamiento es esencial al construir granjas nuevas o expandir las actuales. Tanto el ganado como los cultivos son fuente de salmonela, de tal forma que las granjas deben estar alejadas. Los cultivos albergan roedores y pequeños mamíferos, y al cosechar, se genera mucho polvo. Las granjas deben ser pequeñas, todo dentro, todo fuera, para un mejor control de enfermedades.

Alojamiento: se debe evitar que entren a las casetas la fauna silvestre, plagas y animales domésticos. No es fácil de mantener a raya a los roedores ni tampoco el control de personas.

Deben hacerse inversiones para su exclusión. En granjas antiguas, los roedores trepan por los sobrecimientos y penetran a través de los espacios entre este y el lateral de metal. Se pueden reconvertir las casetas con tapajuntas de aluminio muy resbaladizo y mirando hacia abajo para que ya no puedan trepar. Las casetas o galpones nuevos se sellan muy bien para que no haya espacios.

Los bordillos de cemento en la cerca perimetral presentan el beneficio de una mejor protección al no dejar huecos por debajo de ella. Las cercas eléctricas alrededor de esta barrera externa excluyen a los roedores. Una segunda barrera eléctrica en el sobrecimiento previene que los roedores encuentren grietas y hendiduras para entrar.

Los especialistas internos de control de roedores deben, además, verificar la granja cada dos semanas para revisar el estado las ratoneras y de la cerca eléctrica. También revisan escondrijos, como la vegetación alrededor.

Además de roedores, puede haber problemas con ranas, lagartijas, culebras, así como insectos y polvo. Todos son portadores de salmonela que al final infectan a las aves. Una idea es colocar una barrera para insectos voladores en cada lado de toda la caseta. Consiste en una extensión del techo de 3 o 4 m, otro sobrecimiento de cemento con cerca eléctrica y malla de gallinero con mosquitero, que hace las veces de filtro de polvo.

  1. Bioseguridad operativa

Lo mejor es que el personal se bañe al entrar y al salir de las instalaciones, así como que se cambie de ropa. Se puede realizar el sistema conocido como “danés”, que consiste en el cambio completo de botas, ropa y desinfección de las manos, pero nada es mejor que el baño.

Una vez que se ingresa a la caseta, se necesita seguir procedimientos sanitarios extras, como la desinfección de manos y pies. “Es la forma más probable de que una persona lleve salmonela del exterior a las aves”.

El tráfico del interior al exterior de la caseta para pesar alimento, eliminar la mortalidad diaria o dar mantenimiento en el perímetro de la caseta representa un riesgo, a menos que se vuelva a bañar la persona. La extensión de la caseta con una sala lateral de alimento con una ventana a la que se tenga acceso y tener básculas adentro minimiza este tráfico de entrar y salir.

Para las granjas más antiguas, otra idea es reconvertirlas con pasillos cerrados entre casetas para que la gente no tenga que salir.

Limpieza y desinfección: las casetas deben tratarse como una planta de procesamiento porque son instalaciones de producción de alimentos. Y para eso se necesita de un equipo dedicado y capacitado que vea detalles como la limpieza de los bebederos de niple, hacer correr un desinfectante por toda la tubería o echar a andar de forma manual cada uno de los niples para asegurarse que el desinfectante entre en contacto con la válvula de dicho bebedero.

La gerencia debe estar comprometida en dar suficiente período de descanso entre parvadas, digamos de unas cuatro a seis semanas, para limpiar la granja de reproductoras.

“Además de la desinfección de rutina, hemos encontrado que es muy útil la desinfección con formaldehído, ya sea en líquido o gas. Es el mejor desinfectante”, aseguró Jensen. Otra recomendación es esparcir una buena cantidad de cal en líquido en el perímetro de la caseta.

Monitoreo de la salmonela: una buena idea es monitorear de forma rutinaria el exterior de las casetas para buscar salmonela. Si se detecta, puede realizarse una aplicación extra de cal para ayudar a prevenir que entre a la caseta.

Material de la cama: la viruta de madera de pino secada a altas temperaturas está básicamente esterilizada. Los niveles de humedad de 10 al 12 por ciento constituyen un ambiente bastante inhóspito para la salmonela. Sin embargo, esta viruta se puede recontaminar con facilidad, por lo que es indispensable tener un almacenamiento bioseguro y vehículos de despacho exclusivos.

  1. Alimento

Tratamiento térmico: “No hay nada que pueda diseminar más a la salmonela por toda la operación y con mayor rapidez que el alimento contaminado”, según Jensen. La mejor manera de eliminar la salmonela en el alimento es mediante el tratamiento térmico de 85ºC durante seis minutos. Con esto se logra una reducción logarítmica de coliformes de 5 por gramo de alimento. Los coliformes se usan como medición porque son más fáciles de identificar en el alimento.

Las desventajas son que el tratamiento térmico es muy costoso, desacelera la producción de alimento balanceado, impacta de forma negativa los niveles de nutrientes y se afecta gravemente la actividad enzimática.

Hay más opciones si lo que buscamos es un alimento con una mucha menor probabilidad de salmonela. Para una reducción logarítmica de coliformes más típica —de tres—, se puede usar un tiempo de calentamiento más corto, de cuatro minutos a 80ºC. Añadiendo ácidos orgánicos, se puede acortar el tiempo incluso más.

Formaldehído: es muy efectivo a una tasa máxima de 3 kg/ton de alimento. El formaldehído, combinado con ácidos orgánicos (a 3.6 kg/ton), también elimina los mohos en el alimento y tiene un efecto residual que previene la recontaminación. Descontamina, además, las líneas y los silos de alimento.

Recontaminación: para prevenir la recontaminación del alimento ya tratado, es importante separar las zonas sucias de las limpias en la planta de alimentos. Asimismo, se necesita de silos de almacenamiento y descargas cerradas para evitar que se vuelva a contaminar el alimento. Uno de los mayores riesgos es la sala del enfriador, en donde entran grandes volúmenes de aire para el enfriamiento y se libera mucha humedad. La humedad y el polvo del alimento son los medios adecuados para que prospere la salmonela.

  1. Intervenciones

Vacunación: el uso de bacterinas inactivadas no previene la infección, pero sí elimina y disminuye la cantidad de transmisión vertical de las reproductoras a la progenie, junto con el saneamiento de la cáscara de huevo. Las autovacunas que incorporan los serotipos específicos de la cepa que impactan en nuestra empresa son las que funcionan mejor.

Probióticos, prebióticos y ácidos orgánicos: una buena salud intestinal del pollito es probable que repele el desafío. Hay muchos probióticos en el mercado que deben evaluarse en cada sistema en particular. Las combinaciones con prebióticos son muy efectivas debido a su efecto simbiótico, al igual que los ácidos orgánicos.

La aplicación de estos productos en el alimento es lo mejor. Sin embargo, no resisten el tratamiento térmico. Se recomienda la administración en el agua dos veces por semana, pero debe coordinarse con otros productos que se ofrezcan, tales como desinfectantes, antimicrobianos, vitaminas o vacunas.

  1. Cultura

Esta es la parte más difícil de establecer en una compañía. En la cultura de la bioseguridad, todos los que interactúan con aves o huevos deben entender que la bioseguridad debe ser lo primero a tenerse en cuenta cuando se hace cualquier cosa. Debe ser obligatoria y es un proceso continuo. Es un esfuerzo de equipo, que requiere mucha educación y comunicación. Debe revisarse y ajustarse constantemente.

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