Bacteriófagos contra salmonela en producción de pollo

La necesidad de suprimir el uso de antibióticos preventivos en la cría de pollos de engorde abre una gran oportunidad para alternativas de control naturales como la que propone un grupo de investigadoras colombianas a partir de virus bacteriófagos.

Pese a que su nombre da a entender que “fagocitan” o comen bacterias, en realidad los virus bacteriófagos las infectan para reproducirse dentro ellas, llegando a provocar en muchos casos su destrucción. Ese parasitismo natural microbiano, conocido hace más de un siglo y retomado en los últimos años, es la base de propuestas biotecnológicas que prometen un abanico amplio de ventajas para la agroindustria.

En la avicultura comercial, como en el resto del sector pecuario, el uso de antibióticos no terapéuticos es una práctica consolidada que debe ser reemplazada prontamente por alternativas que minimicen al máximo el riesgo a la temida resistencia microbiana (que puede llegar a crear superbacterias inmunes a los antibióticos más potentes), sin afectar los estrechos márgenes lucrativos del negocio.

Ante este panorama, una alternativa preventiva basada en uno de los mayores enemigos naturales de las bacterias que más afectan a la producción avícola, como lo es la salmonela, tiene un campo promisorio como bien lo comenta la microbióloga Martha Vives, vicedecana de investigaciones de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes, en la capital colombiana Bogotá.

“Con los fagos (bacteriófagos) se pueden crear productos que ataquen de manera específica, como balas superdirigidas, a los serotipos de salmonela más prevalentes en un entorno. Eso permite eliminar las bacterias indeseadas y potencializar la microbiota necesaria para el mejor funcionamiento del metabolismo del animal, como no sucede con los antibióticos, que barren con todo, microorganismos buenos y malos”.

Vives lleva más de una década estudiando la interacción de bacterias y fagos, lo que incluye la coordinación de proyectos de investigación de sus estudiantes de pregrado, maestría y doctorado. Precisamente con varios de ellos, entre quienes se encuentran Viviana Clavijo y Ángela Holguín, decidió participar en la creación de SciPhage, una spin off de la Universidad de los Andes destinada a convertir todo ese saber en una tecnología viable como opción comercial para la industria avícola y, en especial, la destinada a la producción de carne de pollo.

Holguín, también microbióloga con posdoctorado, oficia como CEO de SciPhage, en tanto que Clavijo funge como gerente técnica de este naciente emprendimiento que próximamente ganará mayor autonomía y cuenta con un interesante plan de crecimiento (ver recuadro). “Así como los fagos permiten tratamientos muy específicos, el gran reto es toda la investigación previa que debe hacerse para entregar la combinación más eficaz posible”, expresó Holguín.

Las microbiólogas investigadoras Martha Vives, Ángela Holguín, Catalina Prada y Viviana Clavio desarrollaron el producto SalmoFree. (Cortesía de la Universidad de los Andes y SciPhage)

Un cóctel de bacteriófagos

Los fagos son aislados de aguas residuales donde se sabe que también existe salmonela. Luego de muchos años de investigación y de incluso su aplicación controlada en granjas de pollos de engorde, este equipo logró en 2017 patentar para Colombia un cóctel de seis fagos capaces de eliminar siete serotipos distintos de salmonelas, los más prevalentes y virulentos para la avicultura comercial colombiana.

Este cóctel tiene el nombre comercial de SalmoFree y está compuesto por los fagos Phi San 13, Phi San 14, Phi San 15, Phi San 23, Phi San 24 y Phi San 25. “En un principio lo sugeríamos como un aditivo al agua de beber de las aves, pero con un mayor estudio del mercado y de las necesidades de los empresarios avícolas, tenemos la idea de migrar a un polvo en donde se encapsulan estos virus para ser adicionado en las premezclas del concentrado”, explicó Clavijo.

Los serotipos que estos seis bacteriófagos atacan y destruyen se encuentran todos dentro de la especie Salmonella entérica subsp. entérica y son S. enteritidis, S. typhimurium, S. heidelberg, S. paratyphi B, S. abony, S. hato y S. pullorum ATCC 13036. “Esto brinda un amplio espectro de acción, que también evita el desarrollo de resistencias genéticas contra los virus del cóctel, pues las bacterias son atacadas simultáneamente desde varios frentes”, explicó Vives.

Una vez que los fagos han eliminado las bacterias que parasitan, se eliminan por falta de nuevos individuos hospederos dentro del tracto digestivo del pollo. Estos virus son muy especializados, además de inocuos para el metabolismo humano. “Una terapia con fagos, al tratarse de un organismo vivo y no de un compuesto químico, se reproduce naturalmente y no hay necesidad de estar reponiendo su cantidad con dosis muy seguidas ni muy grandes”, añadieron las investigadoras.

Precisamente, el tratamiento desarrollado, estandarizado y testeado por SciPhage con SalmoFree para pollos de engorde se suministra en tres dosis: las dos primeras en la tercera y cuarta semana, en tanto que la última se proporciona antes del ayuno previo al envío a la planta de faenado (en donde, y a propósito, también se viene promoviendo por parte de otros desarrolladores el uso de aerosoles con bacteriófagos en el alimento y para facilitar la asepsia en superficies).

El largo camino de la academia a las premezclas de concentrado para aves que han recorrido estas tres microbiólogas colombianas con sus fagos les permite asegurar que “somos de las pocas firmas que trabaja con estos virus para la avicultura comercial y creemos que somos los más avanzados en una alternativa dirigida en específico a los pollos de engorde”.

SIDEBAR

Patente en Colombia y Estados Unidos

El coctel de bacteriófagos SalmoFree obtuvo su patente en Colombia en 2017. Un año más tarde, SciPhage (spin off de la Universidad de los Andes) solicitó la patente para Estados Unidos, en agosto de 2018. El proceso concluyó con éxito en enero de 2020.

“Tenemos proyectado hacer lo mismo para el mercado brasileño, pero no sabemos todavía cuándo empezaríamos. Por ahora estamos centrando esfuerzos en Estados Unidos”, dijo la CEO de SciPhage, Ángela Holguín, quien afirmó que pronto iniciarán pruebas en granjas de algunos estados del sur. Las hechas en Colombia y publicadas en revistas científicas se adelantaron en producciones con ciclos de 42 días y una densidad de 7.5 pollos por metro cuadrado, arrogando mejorías en la ganancia de peso y la homogeneidad de los lotes tratados en experimentos controlados.

Con la patente y las pruebas en el mercado norteamericano, SciPhage espera gestionar los recursos para montar su primera planta de producción industrial del cóctel SalmoFree (por ahora, el compuesto es sintetizado en un laboratorio en Europa, en cantidades pequeñas para su testeo). De acuerdo con proyecciones de Viviana Clavijo, se necesitarían cerca de US$10 millones para dichas instalaciones. “Luego del trabajo científico viene todo el tema empresarial, donde gracias al programa Ganesha Lab empezaremos en abril de 2020 un proceso con capital de riesgo de la UC Davis (Universidad de California). También hemos abierto un crowdfunding destinado a sacar adelante esta idea concebida principalmente para atacar la resistencia microbiana en el mundo (https://ifundwomen.com/projects/women-in-science)”.

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