Ordenamiento territorial y avicultura: el caso Olympico

La reciente exoneración de una granja avícola colombiana como causante de un grave derrumbe vial reiteró algo que sabe y defiende esta agroindustria: la avicultura bien hecha no pelea con la planificación del territorio.

A mediados de junio de 2020, Nicolás Vásquez Salazar, gerente de Pollo Olympico, celebró una noticia que venía esperando desde hacía un año. El dictamen técnico independiente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SIC), contratado por el gobierno nacional, exoneraba a esta firma avícola de toda responsabilidad en el enorme derrumbe que interrumpió durante más de tres meses el tránsito por la vía de mayor importancia económica en ese país andino.

Apenas se presentó el desplome de buena parte de una montaña sobre la carretera que comunica a la capital colombiana Bogotá con la ciudad de Villavicencio, la empresa constructora encargada de la ampliación y mantenimiento de la vía acusó a una granja de Pollo Olympico, ubicada en la parte alta del derrumbe, de originarlo por un supuesto mal manejo de las aguas utilizadas en su operación, que solo es de cría y levante.

Industria Avícola entrevistó a Vásquez Salazar con el fin de conocer detalles del proceso, sus implicaciones para la avicultura comercial colombiana, el estado actual del negocio avícola y de la gestión de Pollo Olympico, al igual que las proyecciones corporativas futuras.

Industria Avícola (IA): ¿Por qué se descartó la responsabilidad de Pollo Olympico en el alud?

Nicolás Vásquez Salazar (NVS): El informe de la SIC es contundente y deja completamente claro que, de acuerdo con los modelos hidrogeológicos realizados, la granja de Pollo Olympico y todas sus operaciones tuvieron “poca a nula influencia” en los derrumbes e inestabilidades. Adicionalmente, afirma que el emplazamiento de la granja no podría explicar las fuerzas hidráulicas que se debieron generar para detonar los procesos de inestabilidad ni en la ladera ni en el túnel que se estaba construyendo. Se trata de galpones, que como tales son construcciones livianas levantadas siguiendo toda la normatividad. Allí no procesamos el pollo, por lo cual el consumo y vertimiento de aguas no es significativo y se maneja adecuadamente, ya que drenan hacia la quebrada en el costado opuesto a los derrumbes. Esto ha ayudado sustancialmente a que la situación del derrumbe no sea aún más compleja.

IA: ¿Qué consecuencias generales deduce de este informe técnico, del que estuvo pendiente el gremio avícola colombiano?

NVS: Gracias al resultado de este estudio se reafirma que la producción avícola en el país no es un inconveniente ni impedimento en cuanto a manejos ambientales y de ordenamiento territorial. Por el contrario, si está bien organizada, será siempre un aliado del agro y del país rural. En lo particular, con esta claridad podremos continuar con tranquilidad la producción y levante de las aves en esta importante granja para nosotros.

Nicolás Vásquez, gerente de Pollo Olympico, tiene una activa participación gremial en la Federación Nacional de Avicultores. (Cortesía de Pollo Olympico)

IA: ¿Cómo se encuentra hoy Pollo Olympico?

NVS: Somos una empresa con 42 años. Nuestra producción se ubica principalmente en el corazón del país, en el departamento de Cundinamarca, además de una granja en el vecino departamento del Meta. Nuestra producción ronda las 25,000 toneladas de pollo, con casi 10 millones de aves anuales en 10 granjas propias.

Por la pandemia, de 1.1 millones de pollos procesados mensualmente se pasó a 800,000, de los cuales 550,000 son de marca propia; el resto es sacrificio para terceros. Recientemente, Olympico lanzó su primer producto con valor agregado: hamburguesas de pollo.

Contamos con 500 colaboradores distribuidos en las operaciones de producción en granjas, planta de beneficio y desprese, y oficinas ubicadas en Bogotá, además del equipo de logística y comercial de nuestros 15 puntos de venta directos y distribución en el canal tradicional en el centro de Colombia. Igualmente somos socios de Albateq, la planta de alimento balanceado con la que importamos y procesamos las materias primas; en genética tenemos una alianza con tres incubadoras para el suministro de las aves de un día, de la línea Ross.

IA: ¿Qué nos puede decir de la granja falsamente imputada en el derrumbe?

NVS: Está localizada en el municipio de Guayabetal, departamento de Cundinamarca. Se ubica en la parte superior de una meseta de 270 metros de altura en unas condiciones ideales para el levante de aves. Tiene una capacidad de producción de 500,000 aves distribuidas en 16 galpones en un terreno de 42 hectáreas. Por supuesto, cumple con todos los requerimientos legales, técnicos y ambientales; está certificada como Granja Avícola Biosegura por el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA). También ha ganado premios nacionales por sus resultados zootécnicos. Todo esto nos permitió una adecuada defensa en el caso contra el concesionario de la vía.

Imagen panorámica del derrumbe sobre la carretera que comunica la capital colombiana Bogotá con la ciudad de Villavicencio. Al tope de la montaña están las instalaciones de la avícola Pollo Olympico. (Cortesía de Pollo Olympico)

IA: ¿Qué opinión le merece la actual situación del negocio avícola en Colombia?

NVS: Durante 2018, se logró un crecimiento del subsector pollo del 5.5% y el año pasado (fue) superior al 4%, con una producción de 842 millones de aves. Igualmente, el consumo per cápita continúa avanzando, el año pasado estuvimos bordeando los 37 kilos. Hace 20 años estábamos en 14 kilos. La coyuntura que enfrentamos con el COVID-19 afectó sustancialmente las cifras en el país y la avicultura no fue la excepción.

El consumo se ha visto impactado debido a las restricciones de operación de gran parte de los generadores de demanda de alimentos, esto implicó excedentes de producción que generaron un brusco deterioro en los precios de los productos y, por ende, en los resultados económicos de las empresas. Adicionalmente, la tasa de cambio también impactó los costos de producción. Por fortuna, el sector reaccionó de manera rápida y oportuna disminuyendo los niveles de producción y ajustándonos a las nuevas realidades de consumo, logrando un rebote en los precios del mercado. Estamos adaptándonos a esta nueva realidad de consumo y de trabajo y comercialización digital. Sin embargo, es muy probable que el sector termine este año en el mejor de los casos con resultados pobres tanto a nivel productivo como económico.

IA: ¿Cómo ve el futuro para la empresa que usted gerencia?

NVS: Nuestros proyectos no se verán frenados a pesar de la coyuntura actual. Toda dificultad en el camino la vemos como una oportunidad de análisis y mejora. Estamos terminando una ampliación de uno de nuestros núcleos productivos que nos posibilitará crecer en 200,000 aves más y vienen en curso proyectos en desprese automático y en toda la cadena de frio. Pollo Olympico ha sido una compañía enfocada más en la calidad y servicio que en los volúmenes de producción y comercialización, por lo que venimos creciendo saludable y sólidamente.

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