Planificación avícola: cómo simplificar su complejidad

Planificación avícola: cómo simplificar su complejidad

La planificación a corto plazo se basa en tres conceptos: proyección, programación y ejecución, los cuales se relacionan entre sí de tal manera que la realización en una etapa proyecta lo que ocurrirá en la siguiente. (Envato Elements | Pressmaste)

Hoy más que nunca es importante tener claro lo que implica el proceso de planificación y apoyar al planificador con herramientas tecnológicas especializadas.

La emergencia sanitaria del COVID-19 confirmó que, a pesar de todo, el pollo sigue siendo una proteína animal de consumo masivo por su bajo precio en comparación con otras carnes, sin negar que llevó a los avicultores de todo el mundo a reestructurar sus procesos de crianza y ajustar las metas de consumo.

En este contexto, hemos entendido aún más la importancia de la planificación de las empresas avícolas. Pero sabemos que esta es una actividad sumamente compleja, que recae en una o un limitado grupo de personas, que se apoyan de innumerables archivos de hojas de cálculo, con las que deben definir metódicamente las acciones y recursos necesarios para alcanzar los objetivos de la organización.

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El éxito en el proceso productivo viene dado por su planificación y por la forma de ejecutarlo, ya que es una actividad clave para ir pasos adelante y poder cumplir con la demanda. Pero, ¿ tienen claro las empresas avícolas todo lo que implica el proceso de planificación? ¿Qué herramientas utilizan para apoyar el trabajo del planificador? ¿Cómo podemos simplificar su complejidad?

Aspectos importantes de la planificación avícola

Sabemos que en la cadena productiva de pollos de engorde existen granjas de cría y levante en las que entran pollitos y pollitas de un día y salen aves reproductoras; granjas de reproductoras donde entran aves reproductoras y salen huevos fértiles diariamente durante unos 280 días, y así sucesivamente en cada eslabón incluyendo incubadoras, granjas de engorde, plantas de beneficio, desprese y procesados cárnicos, lo que sale de uno entra en el otro.

Frente a esa dinámica, la planificación debe verse como la forma de organizar los recursos para dar sustentabilidad a la cadena, y que la cantidad de lo que sale de cada componente sea lo que se requiere que entre en el siguiente eslabón de la cadena. En este sentido, la planificación debe lograr que los últimos eslabones de la cadena puedan satisfacer la demanda del mercado de cada uno de los productos.

La planificación debe verse en dos horizontes: a largo plazo y a corto plazo. La primera será aquella que se generará a partir de las proyecciones de venta en fechas distantes, generalmente, según históricos de ventas y que puede hacerse desde las proyecciones semanales o mensuales y resultará en las necesidades semanales para un año próximo para cada uno de los componentes de la cadena productiva.

Esta planificación a largo plazo debe ser estratégica, gerencial y el resultado de estudiar múltiples escenarios posibles en los que se comparan las metas resultantes con las capacidades que tiene la organización.

De otro lado, la planificación a corto plazo es la que organiza el día a día, lo que se llama programación. Su principal diferencia con la planificación a largo plazo es que se plantea en qué galpones o casetas serán alojadas las aves diariamente. Es una programación que hay que hacer diariamente y que ya no se orienta por la elección de algún escenario en particular, sino que se enfoca en el manejo de galpones o galeras, así como de máquinas de incubación y de lo que va resultando de la acción en la cadena productiva de pollos de engorde.

Planificación a largo plazo

La planificación a largo plazo debe partir de la demanda del mercado, traducida en proyecciones semanales o mensuales de ventas de diversos productos. Estas permitirán la definición de metas semanales de cada uno de los eslabones de la cadena anteriores a dicha demanda.

Dicho de otra forma, ante una demanda semanal de una presa de pollo se podrá planificar la necesidad diaria y semanal de la planta de beneficio y, a partir de esta, las metas de producción de granjas de engorde. A base de esto, se planifica la producción en incubadora y en las granjas de reproductoras, y a partir de esta, las metas en granjas de cría y levante.

Al indicar las metas de producción, se define la cantidad de aves y las fechas de alojamiento, o la cantidad de huevos fértiles y fechas de inicio de incubación. Lograr generar una correcta planificación a largo plazo va a permitir que en la ejecución del proceso productivo se puedan obtener resultados muy cercanos a los objetivos establecidos, lo cual permitirá cumplir con la demanda planteada.

Planificación a corto plazo

La planificación a corto plazo se basa en tres conceptos: proyección, programación y ejecución, los cuales se relacionan entre sí de tal manera que la realización en una etapa proyecta lo que ocurrirá en la siguiente. Debe ser programada, efectuada y al elaborarse proyecta lo que pasará en la siguiente etapa, y así a lo largo de la cadena productiva.

La proyección es la cantidad de aves o de huevos fértiles que se espera obtener en una fecha determinada según lo que se ejecutó en el eslabón anterior de la cadena productiva. La programación es la ubicación de un número de aves (o de huevos fértiles) en un día específico en cierto galpón o caseta (o máquina incubadora si son huevos fértiles).

La línea del tiempo de proyección/programación/ejecución dependerá de la duración de cada etapa y de la mortalidad en granjas o del porcentaje de incubabilidad en incubadora.

Herramientas del planificador

Sabemos que en la mayoría de los casos el planificador se apoya de hojas de cálculo que no están conectadas a un sistema que permita tener acceso y procesar la información.

Actualmente, existen herramientas informáticas que alojadas en la nube hacen posible tener los datos disponibles en tiempo real desde cualquier lugar, para hacer las planificaciones regresivas o de largo plazo, progresivas o a corto plazo, y sincronizar la producción para estimar el programa de beneficio en función de la demanda comercial.

Con tecnologías como estas, el planificador puede estimar con antelación, así como proyectar, programar y optimizar las necesidades de huevos fértiles, aves, alimentos balanceados, vacunas y medicamentos requeridos en cada una de las etapas de la cadena productiva de pollos de engorde para un período determinado.

De esta manera, teniendo claridad sobre la planificación a largo plazo y a corto plazo en la que se involucra el proceso de sincronización de producción primaria e industrial y el apoyo de herramientas tecnológicas, podemos simplificar su complejidad y tener como resultado una alta garantía de éxito en el cumplimiento de la demanda de productos cárnicos de pollo, con la suficiente flexibilidad que amerita un proceso productivo en el que se manejan seres vivos que se caracterizan por un desarrollo altamente dependiente del ambiente.

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