Inestabilidad política, consumo deprimido y freno en inversiones, entre las causas de los pobres indicadores.
De enero a septiembre de este año, la producción del sector avicultor nicaragüense sufrió un retroceso del 2.2 por ciento, en comparación con el mismo periodo de 2017. No obstante, la caída sería más drástica si el paralelo se hace con las proyecciones gubernamentales, llegando el déficit al 6.2 por ciento.
El desalentador panorama fue expresado por “representantes del sector avícola” que pidieron no ser identificados, en declaraciones suministradas a El Nuevo Diario. En agosto pasado, funcionarios del gobierno de Daniel Ortega “estimaban una producción de unos 335 millones de libras de carne de pollo para el 2018”.
Solamente en los meses de agosto y septiembre, la producción habría disminuido a -12.1 por ciento y -14.8 por ciento, respectivamente, en relación con los mismos meses de 2017. “Lo que está observando la industria de la carne de pollo es que los niveles de consumo han disminuido en forma importante y se ha traducido en inventarios también relevantes. Entre más se acumula en inventario, más ajustes se tienen que hacer a la cifra de producción”, explicaron.
Por lo pronto, se registra estabilidad en los precios minoristas de este alimento de origen aviar, que tiene una ingesta promedio de “entre 53 y 55 libras anuales”. En términos de inversión en el negocio avícola, “por el momento, está detenida por la situación política del país. El sector tampoco ha realizado proyecciones para el próximo año porque se considera que la situación amerita ser evaluada”.