La ingesta de esta carne aviar se concentra en un 75 por ciento en diciembre.
La producción de pavos en Colombia es tan incipiente que se concentra en un solo actor. Se trata de la firma Pavos del Campo, la cual le reconoció al periódico Agronegocios que es responsable de suministrar el 65 por ciento de este alimento, considerado de temporada, pues el 75 por ciento del consumo anual se hace en el mes de diciembre.
Estas aves se crían hasta que alcanzan los 10 kilos de peso, de los cuales se aprovechan para ser comercializados el 93 por ciento. “En el último mes del año, se mueven en Colombia 300 toneladas de la carne de esta ave, lo que representa aproximadamente COP3,600 millones (US$1.16 millones) en ventas, si se tiene en cuenta que el kilo está en promedio a COP12,000 pesos (US$3.84)”, aseguró el impreso.
Indicó además que el 35 por ciento de la demanda se abastece con importaciones desde Estados Unidos (40 por ciento), Chile (25 por ciento), Canadá (20 por ciento) y Perú (15 por ciento). En total, la ingesta per cápita de carne de pavo en Colombia alcanza apenas los 960 gramos.
“Más allá de diciembre, cuando el consumo es de 300 toneladas, hay otros buenos meses para el sector como noviembre, con 180 toneladas; octubre, con 130 toneladas; y finalmente, enero, con 100 toneladas. Mientras que las temporadas de menor consumo se ubican en febrero, con 55 toneladas; y durante el resto del año a niveles de entre 60 y 80 toneladas mensuales”, añadió el informe.
Fuera de diciembre, los pedidos de carne de pavo los originan restaurantes, hoteles y servicio de catering, además de pequeñas tiendas especializadas para quienes agregan en sus recetas ordinarias esta carne. Cada año, los productos para celebraciones especiales como el pavo vienen con muy buena tendencia de crecimiento, y se espera que crezca 10 por ciento esta demanda no estacional frente al año pasado.
Las ciudades más consumidoras de carne de pavo en esta nación andina son la capital Bogotá, Medellín (segunda ciudad) y Cartagena (costa Caribe). Los pavos chilenos y peruanos se venden en Colombia 5 por ciento más baratos que el producto nacional.