Crisis de horecas pasa dura factura al pollo en Colombia

Luego de las compras de pánico iniciales, la demanda de carne de pollo cayó drásticamente en la última semana, lo que no ha sucedido con el huevo de mesa.

Buena parte del consumo de carne de pollo entre los colombianos se da a través de comidas preparadas fuera del hogar, lo cual está afectando las ventas de los avicultores dedicados a la producción de esta proteína animal como consecuencia de las fuertes medidas de confinamiento preventivo a causa del COVID-19, que están cerca de cumplir sus dos primeras semanas con posibilidad de prórroga.

La voz de alerta la dio el presidente de la Federación Nacional de Avicultores (Fenavi), Gonzalo Moreno Gómez, que en varios medios de comunicación colombianos explicó la dimensión del problema afirmando que con el cierre de las ciudades se redujo la demanda entre un 35% y 50%.

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“El cierre abrupto de restaurantes, asaderos, puntos de comidas rápidas, entre otros, sumado a los cambios de frecuencia de visitas de las familias a los supermercados y minimercados, conllevó a una caída en el consumo. Vemos con preocupación, que en los mercados que se están adquiriendo para ser repartidos por las entidades públicas no se incluye esta proteína”, añadió el dirigente gremial al diario El Colombiano.

Moreno Gómez precisó aún más el tamaño del desfase cuando habló al rotativo El Nuevo Siglo: “El consumo de pollo fuera de casa al año es de 290,000 toneladas (28% del total anual), de los cuales solo el 15% tiene domicilios. La mayoría son ‘corrientazos’ (restaurantes populares con uno o dos opciones de plato del día) los cuales están cerrados”.

Ante tal coyuntura, el presidente de Fenavi aprovechó para pedir que el gobierno nacional agilice la devolución que por norma tributaria tienen derecho las avícolas por el pago del impuesto al valor agregado (IVA). En total, habló para el periódico Agronegocios de COP1.2 billones (unos US$300 millones), de los cuales ya están en mora de ser reintegrados COP350,000 millones (US$87.5 millones), correspondientes a la gestión del segundo semestre de 2019.

En la primera mitad de marzo, una observación similar hacían los avicultores dominicanos ante la paralización del sector turístico en la isla, por lo que también pidieron compras masivas estatales para su repartición entre la población más vulnerable. El exceso de estos inventarios está copando rápidamente la capacidad de almacenamiento de pollo congelado.

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