De mal en peor la industria avícola en Puerto Rico

De mal en peor la industria avícola en Puerto Rico

(jwielf | BigStockPhoto.com)

Antes del huracán María, la isla caribeña producía el 27 por ciento del pollo que consumía. Ahora, esa cifra solo llega a un 10 por ciento y el panorama es poco alentador. 

Puerto Rico solía producir el 27 por ciento del pollo que se consumía localmente, pero el paso del huracán María sobre la isla caribeña y los millonarios daños que dejó afectaron la industria avícola a tal nivel, que ahora solo se alcanza una producción del 10 por ciento del consumo interno. 

Según reportó el diario puertorriqueño El Vocero, lo que fue una industria que aportaba US$120 millones anuales al producto agrícola, generaba 3,000 empleos y producía 100 millones de libras de pollos al año se ha convertido en menos de la mitad de lo que solía ser. 

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El panorama para esta industria es poco alentador, pues la única planta avícola que existe en la isla se encuentra operando a menos del 40 por ciento de su capacidad, “con apenas 80 de los 230 ranchos existentes y con jornadas de apenas dos o tres días”, reportó el diario. Se trata de la planta de To-Ricos, una marca local que es propiedad de Pilgrim’s. 

De acuerdo con Héctor Cordero Toledo, presidente de la Asociación de Agricultores de Puerto Rico, se necesitan más de US$30 millones para restablecer la fase agrícola de la industria. Sin embargo, en términos industriales, muchos de los productores se salieron o redujeron sus negocios por la falta de capital.

“El problema que confronta el sector es que, ante la debilidad de la industria, se imposibilita el acceso a capital para los avicultores por parte de la banca comercial como la agrícola. Con ello, los que han podido volver a operar han reconstruido sus ranchos de manera muy débil, lo que nuevamente los vuelve a dejar a la merced de las inclemencias del tiempo”, dijo Cordero Toledo a El Vocero en referencia a los daños provocados por el huracán sobre los ranchos y galpones. 

Ante la falta de capital, los productores avícolas han reconstruido poco a poco sus galpones, pero no necesariamente con las fortalezas que requieren para afrontar otro huracán.

El portavoz gremial explicó que Pilgrim’s intenta conseguir ayudas con agencias federales de Estados Unidos para continuar con la operación local, pero esos esfuerzos todavía no han rendido frutos. 

El Departamento de Agricultura de Puerto Rico se supone que ofrezca ciertos incentivos para ayudar a los productores avícolas. Sin embargo, la fragilidad de las finanzas del gobierno puertorriqueño, que se encuentra en un proceso de quiebra en el Tribunal Federal de Estados Unidos e intenta recuperar otros sectores económicos, ha impedido que estas ayudas se ofrezcan. 

“Aquí nadie sabe lo que tiene que hacer, ni agricultura estatal ni federal (USDA)”, afirmó Cordero Toledo. Añadió que cree que es poco probable que las marcas puertorriqueñas de pollo Picú y Canto Alegre retornen al mercado por los daños que sufrieron sus instalaciones y porque muchos de sus equipos fueron vendidos a un inversionista en República Dominicana. Tampoco cree que pueda desarrollarse una nueva marca “por tratarse de un proceso muy cuesta arriba”. 

Las pérdidas después del huracán María, que azotó la isla en septiembre de 2017, se estimaron en más de US$39.4 millones correspondientes a la muerte de 1.6 millones de pollos, la paralización de ventas, los daños en maquinarias y galpones, y la desvalorización del terreno. 

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