Para 2019, la ingesta per cápita de esta carne blanca subiría en el país suramericano a 45 kg, mientras que la de res bajaría de 60 kg a 55 kg.
Poco a poco, el consumo de proteína animal en Argentina seguirá migrando de una supremacía de la carne de res a casi una paridad en las preferencias con la carne de pollo, amén de un significativo repunte en la ingesta de carne porcina. Así lo pronosticó la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada), según informe publicado por La Verdad.
De acuerdo con la publicación, aunque la producción de carne de res no bajará en los siguientes cuatro años, buena parte de la misma se destinará a la exportación debido principalmente a que los argentinos vienen reduciendo el consumo de este alimento, gracias a un aumento en las compras hogareñas de más pollo y cerdo, tanto por razones de salud como por su calidad y menor valor comparativo.
David Miazzo, economista e investigador de la Fada, explicó que “para producir un kilo de carne vacuna se necesitan 7 kg de alimentos y 30 meses desde el nacimiento del animal hasta la faena. En cambio, en el caso del cerdo, se utilizan 3 kg y la espera es de 6 meses. En el pollo los números son aún menores, se necesitan 2 kg de alimentos y 2 meses”.
Agregó el especialista que la carne vacuna podría escalar cinco puestos en el ranking mundial de exportaciones ya que Argentina se ubica en el puesto 10, “y podría trepar hasta el quinto, si se aplican determinadas medidas. Las proyecciones indican que el consumo interno de carne vacuna bajaría. Para 2019, consumiremos 5 kg menos por habitante, pero el consumo de carnes total aumentaría en 3 kg, hasta los 113 kg por habitante al año”.
Actualmente la carne vacuna representa más de la mitad de lo que consume cada persona en relación a otras carnes, pero antes de 2020 bajaría a menos de la mitad.
“Hoy consumimos 60 kg por habitante, para 2019 bajaríamos a 55 kg”, él agregó. “La carne aviar ganó progresivamente terreno en el consumo interno y en el período 2001-2014, pasaron de consumirse 25 kg a 40 kg por habitante, y se convirtió en la segunda carne más consumida”.
Por último, los técnicos de Fada prevén que en 2019 los argentinos consumirán, “5 kg de pollo más por persona, en reemplazo de la baja de la carne vacuna”. Entre tanto, la producción de la carne porcina podría aumentar 50 por ciento, “este incremento también tendría impacto sobre un aumento en el consumo interno, de 10 kg que cada habitante consume al año, pasaría a 13 kg de cerdo”.