Tanto avicultores como autoridades sanitarias trabajan en lograr la declaración de libre de influenza aviar, aunque aún subsisten problemas en el campo
Los problemas sanitarios, como el de la influenza aviar H7N3, que ha sufrido la zona de Los Altos, en el estado de Jalisco en México, no pueden hacerse a un lado, pues han representado un grave problema para la industria avícola nacional. En 2012, como ejemplo, en menos de 200 km de la autopista que va de Zapotlanejo a Lagos de Moreno, había unos 60 millones de gallinas.
“Junio de 2012 (cuando se notificó la influenza aviar H7N3) es una fecha que no se olvidará en la industria avícola mexicana” dijo el Dr. Rodrigo Salamanca, Gerente de Servicios Técnicos de Laboratorios Avilab durante la última reunión mensual de la Asociación de Veterinarios Especialistas en Ciencias Avícolas de Guadalajara (AVECA-G) en la presentación “Problemática actual de la avicultura nacional”. Si bien Jalisco aporta el 55 por ciento de la producción de huevo y casi el 8 por ciento del pollo, el problema es nacional, no regional.
Aunque ha habido brotes desde 2012 y hay granjas que se han cuarentenado en todo este tiempo, tanto los avicultores como las autoridades han estado trabajando para solucionar este problema. Para ambas partes, el objetivo es erradicar la influenza aviar.
Resolución del problema
La aplicación de la vacuna contra la H7N3 ha sido de gran ayuda para los avicultores, sobre todo si se toma en cuenta que el 90 por ciento de las aves cuarentenadas murieron, y en muchos casos el 10 por ciento restante se sacrificó. Conforme pasó el tiempo, para 2013 la vacunación ayudó a disminuir esta mortalidad del 5 al 15 por ciento. No obstante, los avicultores opinan que hay necesidad de actualizar las cepas, por lo que se espera que se trabaje en esto próximamente.
El año pasado, aún se detectaba la circulación viral pero no se presentaba la infección, por lo que la vacuna ha ayudado.
El punto importante es que hay buena disposición tanto de los avicultores como del gobierno federal para resolver el problema.
Qué más se ha hecho
Todo este proceso ha servido para conocer la enfermedad. En muchos casos se tomaron además medidas de manejo como la prepelecha de 28 días en aves con cuadros graves en granjas cuarentenadas. El proceso consistía en retirar alimento, pero no el agua, para disminuir el peso corporal entre el 18 y el 20 por ciento en aves jóvenes y cortar la producción, con lo que bajaba drásticamente la mortalidad. “De esta forma, se lograba subir la producción hasta incluso el 90 por ciento, mientras que en las no pelechadas, esta cifra no pasaba más allá del 50 por ciento”, comentó el Dr. Salamanca. También comentó que hubo una mejora de la calidad del huevo.
En cuanto a la compartimentalización, antes de junio de 2012, aproximadamente el 70 por ciento de la producción de Jalisco se encontraba en compatimentos libres de influenza aviar. Pero ahora, se ha tenido que trabajar desde el principio para volver a lograr este reconocimiento. Para ello, las empresas deben presentar la debida documentación, tanto positiva como negativa, ante la Sagarpa, tales como las constancias de Buenas Prácticas y de bioseguridad.
Optimismo
La influenza aviar ha impactado definitivamente tanto en la producción como en los indicadores económicos, pero a partir de 2013 ha habido recuperación de la producción y en el consumo de huevo.
Hay optimismo por parte de los productores y del gobierno, pues en 2014 hubo inversiones por $3,000 millones de pesos. Incluso, ha habido empresas que casi han duplicado la producción.
La meta de Sagarpa para 2015 es declarar al país libre de influenza. Esto quizás sea un problema, porque aún circula el virus, por lo que tal vez el proceso tenga que ser más lento, sobre todo con las nuevas amenazas como la H5N8 y la cercanía con EUA.