¿Hacia más alimentos comerciales que de integraciones?

La industria latinoamericana de alimentos balanceados representa una quinta parte de la producción mundial y evoluciona mostrando sus propias características.

Panorama latinoamericano

Latinoamérica ha mostrado en los últimos años un panorama bastante halagüeño en la industria de alimentos balanceados, que sienta un buen precedente para 2016. La región produce del 17 y el 19 por ciento de los alimentos para animales a nivel global. De producir 141 millones de toneladas en 2013, pasamos a 146 millones de toneladas producidas para aves, cerdos, acuicultura, bovinos y otras especies en 2014. Esto significa un crecimiento del 3.5 por ciento. Para ese año, “nosotros estimábamos un panorama general de un crecimiento en torno a un 2 por ciento”, dice Marcel Joineau Vicepresidente de FeedLatina para Suramérica y Gerente Técnico de Ventas de Impextraco para Latinoamérica.

El crecimiento del 3.5 por ciento se sitúa principalmente en la avicultura. De los 143 millones de toneladas, 60 millones corresponden a aves, mientras que un poco más de 20 millones corresponden a cerdos.

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En avicultura, el sector de ponedoras en particular tuvo un buen crecimiento de 2013 a 2014. México es el principal productor de alimentos para ponedoras. Del total de producción de alimentos en ponedoras de Latinoamérica, México representa el 31 por ciento y tuvo un crecimiento del 4 por ciento entre 2013 y 2014 (según datos de Conafab). El desequilibrio creado por influenza aviar generó un panorama en 2012, que se revirtió en 2013 “por el buen trabajo que hizo México, que logró administrar un desafío que causó daños muy importantes”, comentó el Sr. Joineau.

En Perú, por ejemplo, hubo un crecimiento importante en pollos, que incluso sobrepasó la capacidad de la demanda interna. En Colombia, se presentó un aumento del consumo per cápita de carne de pollo. “En Bolivia, el crecimiento es tremendo, de más de 200 millones de pollos al año”, comenta el Sr. Joineau, “como consecuencia de la situación económica en que se encuentra y en donde hay espacio todavía en el mercado interno”.

El caso del Paraguay vale la pena mencionarlo por el crecimiento en la ganadería. En 2014, este país exportó más carne de res que Argentina, con un nivel de calidad muy alto.

Las empresas tienen grandes inversiones de capital, una logística de primera clase, almacenamiento costoso y plantas robustas para elaborar alimentos balanceados.

Brasil: en standby

Uno de los países más importantes, en términos de producción es Brasil. Este país encabeza las estadísticas de la región. “Es un país de influencia para los otros países periféricos de la región, pero la situación brasileña es muy particular en este momento”, dice Dr. Julio Flávio Neves, presidente de FeedLatina. Es decir, vamos a tener que esperar para ver cómo se conduce la economía brasileña y después cómo va a influenciar al resto del continente.

Las exportaciones y el mercado interno

En los países que no exportan productos pecuarios, la producción está íntimamente relacionada con el mercado interno. Sin embargo, Latinoamérica se vislumbra con un enorme potencial exportador, aunque todavía tenga mucho espacio para crecer en los distintos mercados internos. “Esa es la principal fortaleza”, comenta el Dr. Neves. “Lo principal es que la estabilidad económica de Latinoamérica les permite a muchas personas acceder al consumo”.

Añade Marcel Joineau: “Es muy interesante también ver que esta tendencia está por arriba del crecimiento poblacional. No es un crecimiento vegetativo”. Es evidente que la población latinoamericana consume más, incluso sin tomar en cuenta a los países exportadores (Brasil, Argentina, Chile).

Sin embargo, “los países deben entender que no basta con producir para nuestro mercado interno, tenemos que producir mirando al mercado exterior también, porque es una forma de desarrollarse”, dice el Dr. Neves.

Alimento comercial frente a alimento de integraciones

En la actualidad, por ejemplo, en México, la producción de alimento comercial parece crecer a un mayor ritmo que la de los integrados. Antes, esta tendencia era más clara en Colombia. “Específicamente, en ese mercado era muy característico, por la cantidad de empresas avícolas que hay” dice Marcel Joineau. Pero ahora se está dando el efecto contrario. “Son los grandes grupos de producción de alimentos los que ahora producen pollos o cerdos”. En el sector de ponedoras en Colombia, hoy prácticamente todos elaboran su propio alimento.

“En los mercados que nosotros hemos visto, no hemos percibido un incremento en contra; incluso, hay una disminución del alimento comercial, en aves y cerdos”, dice el Sr. Joineau. El Dr. Neves agrega: “En Brasil, hace 30 años, la predominancia era de alimentos comerciales, que fue cambiando al de las integraciones”.

En algunos mercados depende mucho del tipo de producto que se comercialice. Por ejemplo, si se comercializan aves vivas, el impacto del costo de alimento sobre el precio, al final es mucho mayor. Pero, cuando se procesa el pollo, se le agrega valor a la cadena de producción, y por ende el impacto del costo del alimento es un menor.

Quizás por esta razón, la situación pudiera ser otra. “En el corto plazo, tal vez en cinco años, esto podría cambiar, porque las integraciones han alcanzado un tamaño tan grande, que las inversiones de capital, del flujo de efectivo para comprar insumos es muy grande”, dijo el Dr. Neves.

“Puede ser que lo que pasa en México, sea una tendencia en el futuro”. Las empresas, además de la inversión de capital, requieren de una logística de primera, almacenamiento costoso y plantas robustas para procesar todo. Además, construir una planta no es barato y se requieren de muchas plantas para atender todo el mercado.

Es factible que la cadena de producción se mueva hacia adelante y la producción de alimentos balanceados quede como un negocio independiente, como era antes. Debido a que la industria está absolutamente comprometida con la inocuidad del alimento y como los medios de producción que se han hecho son seguros, existe la certeza de poder comprar alimentos comerciales, tanto para producir para el mercado interno o de exportación.

Lo cierto es que es un modelo que podría volver, “porque existe una confianza muy grande en los dos lados”, dice el Sr. Joineau. Esta confianza se basa en la responsabilidad del empresario, en medidas reglamentarias, en buenas prácticas de fabricación, y por haber llegado hasta la faena o procesamiento.

El Dr. Neves dice que “hay un grado de responsabilidad mucho mayor ante la industria de producción de alimentos balanceados, para poderle entregar a la industria de producción de animales un alimento de calidad, inocuo y sanitariamente perfecto”.

Lea sobre el auge de la producción de alimentos balanceados en México haciendo clic aquí.

 

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