Pronóstico avícola en Venezuela para terminar 2019

Se vislumbran repuntes en la producción de pollo y podría haber una sustitución de proteína animal por la del huevo.

En la industria avícola de Venezuela, que solía proporcionar una buena parte de la proteína animal de sus habitantes, parece vislumbrarse un repunte en la producción. Los avicultores siguen su rumbo, tanto en la producción de pollo como de huevos, además de pavos.

Su tamaño ha variado drásticamente en tiempos recientes, pero su disminución se acentuó en los últimos cinco años. En junio de 2019, habían 1.3 millones de reproductoras pesadas y se producían 14.4 millones de pollos por mes. Con poco más de 10 millones de gallinas ponedoras, la producción de huevo podría convertirse en la mejor opción de proteína animal para la población.

Pollo: cambios a partir de 2018

Desde el último cuatrimestre de 2018 ha habido un incremento en la producción mensual de pollos de engorde, producto de las importaciones de huevos fértiles. De esta forma, se ha logrado una colocación de 14.4 millones de pollos mensuales que producen 27,800 toneladas de pollo, por lo que al año se llegará a un total de 333,000 toneladas. Esto representa un incremento del 29% de la oferta de pollos en el mercado.

Sin embargo, esta situación, aunada a los apagones y a la imposibilidad de mantener la cadena de frío, ha provocado la caída de los precios y la contracción de los márgenes en este segmento, lo que lleva a que se regule el crecimiento de este sector.

Por otro lado, uno de los aspectos positivos es que en el primer semestre de 2019 se concretó la llegada de lotes de abuelas a Venezuela, con lo que en parte se resolvió la oferta de pollitos de un día. El objetivo de esto es disminuir al mínimo la importación de huevos fértiles debido a la dificultad de la logística. No obstante, hay una gran cantidad de lotes de reproductoras bajo la modalidad de muda, incluso a la edad de 100 semanas.

La razón económica que sostiene este mercado es que los precios de venta están cerca de los precios internacionales, a US$1.80 por kg, con el objetivo de llegar a los US$2.20 por kg.

Con estas cifras en mente, se proyecta que cuando acabe el año haya un consumo per cápita de 12.84 kg de pollo, lo que representa un aumento del 42.7% con respecto a los 9 kg de 2018. La cifra sigue estando por debajo del consumo promedio per cápita en Latinoamérica de 30.71 kg.

(Fuente: Eric Valbuena | Arte: WATT Global Media)

Gallinas ponedoras

La población de gallinas ponedoras comerciales ha variado en los últimos cinco años. En 2014, había 17 millones de gallinas en producción, número que cayó a 12 millones en 2016, 9 millones en 2017, para recuperarse ligeramente en 2018 con 10 millones. Para finales de 2019, se pronostica que se cierre el año con 13.5 millones de aves y que, posteriormente, en el segundo semestre de 2020 se regrese a los 17 millones de gallinas.

La situación en este sector es particular debido a que durante el primer semestre de 2019 ingresaron al país 170,000 reproductoras livianas, incluso abuelas. La cifra es excesiva, ya que a partir de junio de 2019 la cantidad de pollitas producidas ha sido mayor a la capacidad instalada en granjas. Esto también ha estado motivado por la pérdida de gran cantidad de granjas, bien sea porque han sido vandalizadas, desarmadas por sus propietarios o porque están ubicadas en zonas de alta inseguridad. Estos casos han sido en especial en la región central del país, los estados Aragua, Miranda y Carabobo.

La razón de esta situación es netamente económica. En la actualidad, el costo de una pollita es de US$2.30, mientras que el precio internacional oscila entre US$1 y US$1.10. La caja de huevo está entre US$38 y US$40, precio que supera con creces el internacional de US$25. Este diferencial obedece al incremento de la oferta, en especial de esta fuente de proteína, debido a que no necesita de refrigeración en la cadena de distribución y mantenimiento, lo que genera precios elevados con costos muy altos de producción.

La proyección para el cierre de 2019 es de un consumo de 169 unidades por habitante por año, un 16.6% más que las 145 unidades de 2018. El promedio de consumo en Latinoamérica en 2018 fue de 209 unidades.

(Fuente: Eric Valbuena | Arte: WATT Global Media)

Limitaciones para el crecimiento

La principal limitación del sector es que se espera una sobreproducción de pollitas para el segundo semestre de 2019. Eso provocará una caída del precio de la pollita y un incremento de hasta el 70% de la oferta de huevos en el mercado para el primer semestre, lo que al final pondrá freno a esta situación.

El siguiente aspecto, ya mencionado anteriormente, es que se ha perdido cerca del 40% de la capacidad instalada de granjas de ponedoras comerciales, en especial en la región central del país.

Varias empresas han iniciado operaciones en galpones de pollos, conocidos como sistemas no tradicionales. No obstante, presentan gran dificultad, ya que necesitan de mucha mano de obra —de cuatro a cinco trabajadores por cada 20,000 gallinas— y la calidad de los huevos se ve comprometida.

Por otro lado, la posibilidad de construcción de nuevas instalaciones es prácticamente imposible. Se calcula que un galpón moderno con capacidad para 54,000 gallinas tiene un costo estimado de US$1.1 millones.

Actualmente, en Venezuela no existe la mínima posibilidad de financiamiento de un proyecto de este tipo debido a que la banca privada y pública encajan en el Banco Central el 60% del capital. El país se encuentra bajo un proceso hiperinflacionario y con una altísima inestabilidad política. El riesgo país de Venezuela es muy alto.

Por lo tanto, se espera una caída de los márgenes del negocio para 2020, lo que incrementaría el tiempo de retorno de la inversión. Además, está la posibilidad latente de una expropiación del proyecto por parte del gobierno.

Aspectos positivos

Uno de los aspectos positivos es que el gobierno perdió la capacidad de comprar materias primas y de subsidiar a los nuevos grupos económicos que competían en ventaja con los productores tradicionales. Además, el negocio de pollo de engorde tendrá una ligera recuperación progresiva, en la medida en que se superen los problemas operativos.

El negocio de ponedoras comerciales se vislumbra como un mercado potencial en crecimiento, aunque podría entrar en crisis en 2020. Sin embargo, puede haber optimismo en este sector debido al limitado poder adquisitivo de una gran cantidad de venezolanos. Esto podría indicar que Venezuela atraviesa por un proceso de sustitución de una fuente de proteína por otra más accesible, lo cual es importante, dado que el consumo está muy por debajo en comparación con países vecinos.

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