3 de enero de 2018
(AleksKey | Shutterstock.com)
Son varias las asociaciones avícolas en Latinoamérica que poseen páginas web, pero a veces es importante recordarles la necesidad de mantenerlas al día
Tras casi dos meses de inmovilidad, la página oficial de la Asociación Latinoamericana de Avicultura (ALA) despertó con el nuevo año. El recién posesionado presidente de la entidad, Apolonio Suárez, prometió en su primer editorial de 2018 que se le dará un nuevo aire a ese portal, aplicando el deber ser de todo medio de comunicación: difundir información constante, periódica, oportuna, pertinente y veraz.
Celebro el compromiso y le agrego mi sincero deseo para que se cumpla, pues tal acción será un indicador positivo acerca de la buena salud institucional que todos le deseamos a nuestra ALA. La queremos fuerte, incluyente y comprometida.
En fin, retomando el tema de este comentario, habla muy mal de una entidad, cualquiera que sea, que su página web oficial sea una suerte de cuarto de San Alejo, al que un buen día se aseó, se llenó de cosas que se creían importantes y jamás se volvió a visitar, ni siquiera para sacudir el polvo. Son el reflejo de las entidades que las avalan, a los ojos de los internautas.
Así se perciben los portales de algunas asociaciones de avicultores en América Latina; por ejemplo, las de ADA Bolivia, Conave Ecuador, APA Perú y Appep Paraguay, que siguen anunciando como primicias noticias de hace uno o dos años, con fotos del Día Mundial del Huevo ¡de 2016! o que jamás contestan cualquier inquietud que se les hace en su opción de “Contáctenos”, pese a la pomposa promesa de hacerlo prontamente.
La página de APAS Uruguay hace varios meses que sigue ese lamentable camino. Son más constantes las de las argentinas CAPIA y CEPA, que no dudan en aprovechar este medio digital para dar a conocer las inquietudes (que no son pocas ni vanas) que aquejan a los productores de huevos y pollos en ese país.
La Fenavi colombiana tiene una página bastante activa y con opciones de consulta abierta sobre información actualizada, aunque tiene la curiosa política de enviar primero sus boletines a otros medios antes de publicarlos en su propio portal, con lo que creo ganaría más visitas. Al igual que hace CAPIA, su interesante revista institucional también puede ser consultada fácilmente allí.
En este punto se extrañan páginas tan útiles y actualizadas como la que en su momento tenía la desaparecida APA chilena. En mi lista de buenos deseos que propuse en mi último blog de 2017, me falto éste: Que sea también un propósito de año nuevo para los gremios avícolas latinoamericanos dejar de desperdiciar tan poderosa herramienta: Internet.