Hormonas: cuando el mito avícola apoya el proteccionismo

Hormonas: cuando el mito avícola apoya el proteccionismo

(Marc Bruxelle | Shutterstock.com)

Flaco favor le hace a toda la agroindustria dejar que prosperen falsas creencias sobre producción en la avicultura comercial, esperando con ello lograr ventajas coyunturales.

Lo dijimos hace dos semanas: al novelón del pollo en México le faltan más capítulos. El más reciente episodio provino del Senado de la República, en donde varios de sus miembros, apoyando la posición de los avicultores, piden que se estimule un mayor crecimiento de la producción nacional de este alimento.

Para recordar, en ese país norteamericano se vive un debate con el final de la vigencia del acuerdo que en mayo de 2013 permitió la importación de carne de pollo hasta el 31 de diciembre del año pasado. Esa autorización ha hecho que el 14% del consumo nacional sea abastecido principalmente desde los Estados Unidos, con una participación creciente de empresas avícolas brasileñas y chilenas.

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Es el momento de las revisiones y, por supuesto, es legítimo el interés de los avicultores mexicanos de crecer en producción y ventas, para lo cual buscan reducir al máximo los cupos de importación. Esto está bien. Lo que no parece tan bueno es que se use un mito avícola para tratar de conseguir tal cometido, o por lo menos eso se desprende luego de leer un comunicado oficial del mencionado organismo legislativo.

Entre los congresistas firmantes de un llamado a la Secretaría de Economía en dicho sentido, llamaron la atención los senadores Alejandro Armenta y Gustavo Madero (el primero del Morena, partido de gobierno, y el segundo del PAN), quienes coincidieron en citar el mentiroso uso de hormonas para revisar tales importaciones.

Armenta dijo que “el Gobierno de la Cuarta Transformación da tiros de precisión para recuperar la soberanía alimentaria. Asimismo, destacó que la población debe consumir pollo sin hormonas y nacional”. Entre tanto, Madero se despachó de la siguiente manera: “Pedimos a la Secretaría de Economía apoyar la producción nacional, impedir la competencia desleal y que no se importe pollo contaminado con hormonas, con la finalidad de fortalecer la capacidad productiva local y la salud de las familias”.

Poco queda por agregar. Mal quedamos pidiéndole a la gente que no le crea a los mitos avícolas, al mismo tiempo que se alimentan, se permiten o no se contra-argumentan dentro del relato del poder político. Así no se vale.

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