Agua y salud intestinal en aves sin antibióticos

Ya sea en sistemas de producción de huevo en jaulas o en libertad, no usar antibióticos significa poner más énfasis en la calidad del agua y la salud intestinal del ave.

En la producción avícola sin antibióticos, la calidad del agua que toman las aves es realmente muy importante. “Cuando pienso en la calidad del agua de bebida que le damos a nuestras aves, esta debe ser inocua, tanto bacteriológica como bioquímicamente. Y, además, debe ser potable”, consideró el Dr. Ian Lowery, de Crowshall Veterinary Services, en el Reino Unido.

El agua suministrada a las aves debe tener buen sabor para que les den ganas de beberla, pero además tenemos que asegurarnos de que tenga una buena disponibilidad. Esto significa que el sistema que utilicemos debe darnos la certeza de que las aves reciben el agua adecuada, tanta como necesiten y cuando la necesiten.

Variaciones en consumo

Pareciera muy sencillo tener un buen suministro de agua, pero, en el día a día del ciclo de las aves, las diferencias en la demanda de agua van a depender de si la iluminación está encendida o apagada, o si se trata de pollitos de un día o pollonas en crianza de 16 semanas. Debemos usar el mismo equipo para suministrar agua de forma efectiva, con volúmenes muy diferentes.

El manejo de la calidad del agua analizarse como un todo. El problema es que producimos en casetas o galpones que hacen que el manejo del agua sea sumamente difícil, por ejemplo, con la longitud de las tuberías. Las tuberías pueden medir varias decenas de metros y, en algunos casos, hasta kilómetros. Vienen desde donde sale el agua en la tierra hasta que llega a la granja y de ahí a las casetas. Por lo regular, no son tuberías rectas y presentan muchas sinuosidades. Además, hay períodos en que el flujo puede ser muy lento y como resultado va a ser inevitable la formación de biopelículas.

El Dr. Ian Lowery considera que la calidad del agua que le damos a las aves debe ser inocua, tanto bacteriológica como bioquímicamente. | Foto de Benjamín Ruiz

Biopelículas o limo

Las biopelículas —también conocidas como limo— son una capa robusta de mucílago que se adhiere a una superficie sólida, que contiene una comunidad de bacterias, levaduras y hongos que viven juntas en la parte interna de la tubería, en donde también se reproducen.

Estas bacterias, levaduras y hongos que producen limo —un robusto glucocáliz— también son una fuente de alimento para que otras bacterias, levaduras, hongos y virus crezcan. Con el tiempo, estas biopelículas se extienden y se convierten en una gran comunidad con muchos microorganismos diferentes, lo que reduce el calibre del tubo, tapa los niples y afecta la palatabilidad.

No solo actúa como alimento, sino que ayuda a evitar la desinfección efectiva con químicos. “Es como una armadura, que es muy difícil eliminar”, señaló Lowery. A menudo, forma pedúnculos que se rompen y entonces se diseminan muchísimas bacterias en el agua.

Conteo de microorganismos

Teniendo lo anterior en cuenta, se deben tomar muestras de agua para cultivo al final de las líneas de los bebederos en las casetas avícolas, en donde se encontrará una amplia gama de bacterias. Algunas de estas pueden ser patógenos primarios, que son dañinos para las aves, como la E. coli o las pseudomonas. Hay otras bacterias que son patógenos secundarios. “El problema es que es si las aves no están precisamente al 100 por ciento, pueden aprovechar la oportunidad de intentar afectar al ave”.

Algunos de estos patógenos secundarios lo único que hacen es forzar al ave a que a diario utilice energía para deshacerse de las bacterias, “cuando, en realidad, no deberían están en el intestino del ave, pues no pertenecen al contenido natural intestinal”. Cuando son grandes cantidades de bacterias patógenas, esto causa que las aves trabajen realmente muy duro para deshacerse de ellas.

La prueba del número total de UFC (unidades formadoras de colonias) viables muestra que muy a menudo encontramos estas bacterias, que reducen la palatabilidad del agua y causan estrés inmunitario y fisiológico.

Limpieza de biopelículas

La única manera efectiva de erradicar las biopelículas es con el desinfectante correcto a altas concentraciones. Estos desinfectantes son agentes muy oxidantes de limpieza o blanqueo, que deben penetrar, disolver y sacar la biopelícula. Dicho agente debe ajustarse al microorganismo predominante en la biopelícula, pero considerando siempre la salud y seguridad, así como la corrosión del sistema de aguas.

Pero hay un problema: los niveles muy altos del desinfectante. “Hablamos de un 3 o 4 por ciento del producto, y si la caseta tiene aves, vamos a terminar con tuberías muy limpias, pero con muchas aves muertas”.

Para evitar esto, tenemos que estar seguros de limpiar de manera muy eficaz las casetas cuando no hay aves. Hay que usar el producto correcto, a la concentración adecuada para erradicar cualquier tipo de biopelícula antes de que lleguen las aves.

“Desde luego, hay que desinfectar continuamente el agua, sin reserva alguna. Pero esto es solo la cubierta del pastel, que detiene un mayor desarrollo de la biopelícula”.

Acidificación del agua

La acidificación del agua a menudo se confunde con la calidad del agua de bebida. “Soy un fan de la acidificación y creo que es una herramienta para maximizar la salud intestinal. Les exhorto a acidificar el agua para maximizar la salud intestinal y no para limpiar las tuberías del agua”.

Al acidificar el agua, se debe llegar a un pH de más o menos 4 (entre 4 y 4.5), señaló este veterinario experto. “Si no lo hacemos bien y llegamos a un pH de 5 o 6, crearemos un ambiente muy bueno para los hongos y podríamos terminar por tener una formación mucosa en las tuberías que tape las tuberías”.

Las diferencias en la demanda de agua van a depender de si se trata de pollitos de un día o de pollonas en crianza de 16 semanas. | Kirill Zatrutin, ShutterStock.com

Temperatura del agua

La temperatura del agua es realmente interesante, aunque no tanto para ponedoras, como lo puede ser para pollos de engorde. “Hemos hecho muchos trabajos con cerdos y vacas, y hemos demostrado que, conforme la temperatura del agua se acerca a la corporal, empieza a bajar el consumo de agua”. Y como el consumo del agua está ligado al del alimento pues nos enfrentaremos a un problema.

En la crianza, con 34°C, se trata de motivar que las aves consuman tanto como sea posible en esta fase inicial de la vida. Si se les suministra agua que probablemente esté a la temperatura del ambiente interior, es probable que no sea muy efectivo. Tampoco se debe dar agua muy fría. Las variaciones de temperatura entre 17º y 23ºC son lo adecuado.

“Desde luego, en la crianza de pollonas o pollos, yo haría una purga de las tuberías una vez a la semana, dos veces en ese día, para asegurarnos de darles el agua que quieren beber”, indicó el experto.

Costo de una mala calidad del agua

Hace unos cuatro años, Lowery realizó un estudio en una serie de granjas de postura. En aquellas, con un agua bastante sucia, con un número total de UFC viables/ml de más de 300 (gallina al día), el desempeño de la producción estaba casi un 5 por ciento por debajo del estándar de la estirpe, pero si era menor de 300, el desempeño era básicamente el del estándar, incluso 0.07 por ciento arriba.

La mortalidad se vio impactada de la misma forma: si era >670 UFC/ml, la mortalidad estaba 0.25 por ciento por encima del estándar, pero cuando fue <670 UFC/ml, estuvo 1.37 por ciento por debajo.

También revisaron las pseudomonas y cuando estaban presentes, el desempeño fue 6.84 por ciento por debajo del estándar, mientras que cuando no lo estaban, se desempeñaron 1.08 por ciento por encima. El impacto de las pseudomonas en la mortalidad fue del 0.35 por ciento por encima y 1.14 por ciento por debajo, respectivamente.


Nota: Artículo basado en la conferencia del Dr. Ian Lowery titulada “Health and Vaccination in an Antibiotic-Free System” durante la conferencia de Biomin de “Solving the Antibiotic-Free Production Puzzle” en febrero de 2018 en Viena, Austria.

X