3 claves para estructuras avícolas prefabricadas

Ingeniería, aislamiento y sellado son aspectos que se deben considerar al construir galpones avícolas.

Cada ciclo productivo tiene su propia identidad. Hay un sinnúmero de variables a considerar, como la salud de los pollitos de un día, el clima, el lote de alimento, la limpieza del galpón, la uniformidad del lote, los días húmedos o incluso si es el cumpleaños del supervisor o si hay un mundial de futbol. Todos estos influyen en los resultados esperados (o inesperados) técnicos y monetarios. Asimismo, el manejo “adecuado” busca controlar de la mejor manera lo que podemos gobernar y ser consistentes para repetir el éxito, ciclo tras ciclo.

Históricamente, la importancia y el aporte a la ecuación del éxito de las estructuras prefabricadas (galpones, naves, gallineros, galeras o casetas) han sido minimizados y hasta hace apenas algunos años se les ha puesto la atención debida. El galpón ha dejado de ser un elemento donde algunos fierros, láminas y puertas se compran en la ferretería más cercana (al menor costo posible, evidentemente) solo para que las aves estén encerradas. Se ha convertido en un elemento con tanta ciencia y tecnología como el más sofisticado de los controles, e impacta directamente en las utilidades a largo plazo.

Genética, alimento, clima y utilidades

Sabemos que el ave es un ser termorregulable. Si no está en su zona de confort térmico de acuerdo con su edad cronológica, gasta energía (alimento) para autorregularse. Esto hace que desperdicie energía (alimento) para expresar su potencial genético (carne, huevos fértiles, huevos de mesa). Las casas genéticas han hecho un esfuerzo extraordinario en colocar “capacidad instalada” genética en sus productos y así tener aves más eficientes. El ambiente es un elemento clave, ya que el ave fuera de la zona de confort térmico no expresará el máximo de su potencial genético.

La toma de decisión del galpón adecuado adquiere una relevancia muy importante, ya que con esta decisión el proyecto tendrá que vivir por muchos años. La decisión impactará en cada ciclo productivo (por no decir en cada ave). No hay que caer en la tentación de inclinarse solo por la inversión inicial más “barata”, sino por la solución más “eficiente”, que aporte más valor y mayores utilidades sostenidas por parámetros productivos a mediano y largo plazo (mortalidad, peso a término, número de huevos, huevos fértiles, eficiencia alimenticia, etc.).

Una estructura bien construida es una inversión, no un gasto, en la que la toma de la decisión se basa en la eficiencia y no en el costo inicial.

Estructuras destruidas por el huracán María en Puerto Rico en septiembre de 2017. (Cortesía de Agricon)

Parámetros a considerar en una estructura eficiente

  1. Ingeniería

Para resguardar la inversión y no interrumpir el ciclo de producción es importante considerar que las estructuras deben estar diseñadas con la ingeniería adecuada para resistir cargas vivas, considerando vientos, sismos o cenizas volcánicas. Además, deben considerarse las cargas muertas, como el peso mismo del edificio, y cumplir con los parámetros de construcción internacional.

Lamentablemente, muchas veces no se considera la relevancia de este parámetro, que tiene un costo en la solución, al tomar la decisión y no es hasta que sucede un siniestro y nuestra operación (y capital) están comprometidos que se le presta atención. Un ejemplo de esto es el caso del huracán María en Puerto Rico, en septiembre de 2017, que afectó la mayoría de los galpones avícolas.

  1. Aislamiento

El aislamiento es una parte crítica y fundamental del buen diseño, pero también está mal entendido, pues es la mejor de las inversiones a largo plazo. Hoy por hoy, los sistemas de ventilación de ambiente controlado (abanicos, inlets, paredes húmedas, controles, etc.) son cada vez más sofisticados. Su principal propósito es proveer la zona de confort adecuada mediante volumen y velocidad de aire, y celdas húmedas al ave para que exprese su potencial genético con la menor cantidad de alimento y al menor costo por ciclo.

Casi siempre se da por sentado que la caseta está bien aislada. Recordemos que cada BTU de calor que ingresa al galpón por medio del techo, paredes o entradas de aire afectan la sensación térmica del ave (menos eficiencia), sin olvidar que la mayor fuente de calor en el galpón es la misma ave. Se tiene que eliminar este calor por medio del sistema de ventilación, que por lo regular funciona por motores (abanicos y su costo), lo que impacta la eficiencia económica del ciclo. No obstante, lo más riesgoso es que, si el ave no alcanza su zona de confort, no expresará su potencial genético.

En la actualidad, los aislamientos más comunes —y disponibles— son la celulosa soplada, la fibra de vidrio y el sándwich panel. La elección dependerá del diseño y del valor R (que indica la capacidad térmica) del material a elegir, además de su interacción con el diseño. Cada material tiene sus pros y sus contras, pero cada solución se puede adaptar a cualquier necesidad.

Invertir en aislamiento es una garantía segura a largo plazo.

  1. Sellado

El sellado es una parte puntual del diseño que, con el conjunto de materiales y aislamiento, harán del sistema una unidad funcional y eficiente.

Un galpón bien sellado evita la entrada y salida de aire al galpón. Al entrar aire frío o caliente al galpón, habrá que usar motores, abanicos y bombas de celdas húmedas para expulsar el calor, o gas para calentar el galpón en época fría, para mantener el confort. Un galpón con falta de sellado va a poner en riesgo la presión estática y, por lo tanto, el poder lograr los parámetros de velocidad de aire, aspecto crítico para la sensación térmica del galpón.

En el sellado, aparte del diseño específico del galpón, es fundamental el acompañamiento en el levantamiento del galpón y la instalación de todos los elementos del sistema. Se puede tener un buen diseño y buenos materiales, pero si la instalación y acabados finales de sellado son deficientes, no se alcanzarán los objetivos planificados del valor del galpón y la inversión se verá comprometida.

Un punto crítico en el sellado es la instalación de equipo (abanicos, ventilas, paredes húmedas/dog house), por lo que es vital la comunicación clara y profesional con el proveedor de la estructura y de los equipos.

Puntos a considerar

En la actualidad, la tecnología, experiencia y capacidad de la industria en tema de estructuras prefabricadas está al alcance de la mano, de tal forma que hay consideraciones básicas para hacer notar:

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