Agua: lo primero que cuidar en producción avícola

No solo escasea el agua y hay que cuidarla, sino que no se le da la importancia que requiere ni se estudia como se debería.

El agua siempre está ahí y no se le presta atención. Es el nutriente y recurso olvidado. “Es impresionante lo que perdemos en la avicultura por no prestarle atención a algo tan importante en el día a día”, considera Mário Penz, de Cargill Animal Nutrition. El agua ha sido una de sus pasiones, como lo expresó durante la pasada Cumbre Avícola Latinoamericana en Atlanta, Georgia, en febrero de 2019.

Desde hace décadas, se sabe de la falta de agua y su agudización en el mundo. Pero incluso hoy en día no se toman decisiones serias al respecto y tampoco nos preocupamos por el tipo de agua en la producción avícola.

En la granja hay tres puntos específicos que debemos considerar: cantidad, calidad y temperatura del agua, sobre todo cuando se investiga dónde vamos a poner una granja.

“Primero tenemos que conocer la fuente de agua”, señaló Penz. Una vez que la conozcamos, el punto fundamental es la primera tubería dentro del galpón. Podemos recibir agua muy buena en su origen y destruir su calidad en el camino.

Cantidad de agua

Hay que hacer un cálculo muy sencillo: por cada kilo de alimento que come un pollo, más o menos bebe dos litros de agua. Necesitamos conocer la disponibilidad de agua en la granja para no tener problemas de abastecimiento.

Puede parecer complejo, pero es a la vez sencillo. En los últimos 25 años, los pollos han aumentado su consumo de agua en un 50%. En una granja construida en 1990, tenemos que verificar si la fuente de agua cubre las necesidades de 2020. Además, debe evaluarse el diámetro de la tubería de los niples y cambiarse por otra mayor, si así se requiere.

Desde el inicio, el agua es importante, pues los pollitos llegan a la granja con algún nivel de deshidratación y en el primer día toman hasta 40% de su peso en agua. Otro punto que explicó Penz —y dice que es el más importante— es que el retraso en el consumo de agua tiene un efecto negativo sobre las respuestas inmunitarias que ocurren por la estimulación de la secreción de corticoesteroides.

La falta de agua también afecta a los enterocitos. Después de 24 horas de la eclosión, los pollos que no reciben agua y alimento tendrán un proceso casi total de destrucción de los enterocitos, que luego tardan de cuatro a seis días en recuperarse.

Además del impacto en la superficie de las vellosidades, hay un crecimiento irregular del páncreas en relación con el duodeno. El páncreas crece más rápido y, como está preso en el duodeno, se forma un duodeno en forma de gancho, lo que también caracteriza una disminución de la secreción pancreática.

Sin lugar a duda, los pollos comen porque beben. Y si comen, crecen. La relación entre consumo de agua, de alimento y ganancia de peso es absolutamente lineal y positiva. Si se pierde 10% de consumo, se pierde 10% de ganancia.

Alteraciones en el consumo

Se necesita de datos sencillos en la granja que definan el consumo diario de agua, su temperatura, el cloro añadido, así como la relación de consumo esperado con el real. Esto solo lleva unos minutos y no nos debemos resistir a hacerlo.

Hay que tener claro que hay otros factores en juego en el consumo de agua:

Los bebederos

Es necesario preguntarles a los proveedores de bebederos cómo funcionan sus niples con respecto al caudal de agua, pues los distintos tipos pueden dar diferentes cantidades del líquido.

Asimismo, la altura del niple en un ambiente con alta temperatura afecta el consumo del agua. Cuanto más altos están los niples, menor es el consumo con alta temperatura porque el pollo tiene que decidir entre tomar agua y poder respirar bien.

Penz dio un ejemplo de una caseta típica de 27,000 pollos, con una longitud de tubería de 120 m y un diámetro de 2 cm. Para darnos una idea, si todos los pollos beben agua en el primer día, el sistema va a cargar agua cada 240 minutos, es decir, circulará seis veces. Con esto, podrá entrar con 15ºC y salir con más de 30ºC.

Para el segundo día, tarda 180 minutos, por lo que habrá ocho circulaciones. Para los siete días, aumenta a 17 circulaciones de tan solo 85 minutos. Es decir, solo hasta los siete días se llega al recambio cada hora. Nótese entonces por qué es totalmente indispensable la purga (o flushing) en la primera semana.

Calidad del agua

Es fundamental analizar el agua y verificar los siguientes parámetros químicos y microbiológicos:

Es importante medir las bacterias totales en la fuente de agua, en la entrada y la salida del galpón. Los valores de UFC deben ser muy similares en estos tres puntos. Si se detecta alguna contaminación en el sistema, merece revisarse. Penz sugirió el uso de endoscopios para observar la limpieza de las tuberías. Es una observación que se hace en unos minutos, con un equipo fácil de conseguir y barato.

Si las tuberías se llenan de suciedad por dentro, hay que limpiarlas, “pero, sin analizar, no se puede proponer limpiarlas”, subrayó. Para ello, la muestra siempre debe tomarse antes de entrar al filtro para saber lo que llega al galpón y qué tipo de tratamiento tendrá que hacerse. Deben hacerse por lo menos dos análisis fisicoquímicos y microbiológicos al año.

Temperatura del agua

Después de los 20ºC, por cada 1ºC de aumento de temperatura, aumenta el consumo de agua en 6% y disminuye el consumo de alimento en 1.2% (lo que favorece las camas húmedas). La temperatura del agua para los pollitos debe entrar al galpón por debajo de los 25ºC. Es importante recalcar que los pollitos no pueden tomar agua fría. Si sienten que está un poco fría, por el contacto con la lengua, esperan un poco y rápidamente el agua llega a la temperatura ideal de consumo.

Hay que proteger los tanques de agua para que no les dé el sol. Con un simple techo, el agua que llega fría podrá mantenerse así hasta su consumo. También hay que proteger las tuberías; no hay que colocarlas en el lugar más caliente del galpón, que es justo debajo del techo, pues en pocos metros la temperatura puede llegar a un valor en que los pollos reducen su consumo.

Por último, hay que encontrar la forma de enfriar el agua con enfriadores en regiones, en donde sale caliente de la fuente.


Recomendaciones de la temperatura

  1. Verificar la temperatura del agua antes de la llegada de los pollitos. Tiene que estar por debajo de 25ºC, si no hay que purgar la tubería antes.
  2. Verificar la disponibilidad de agua mediante la evaluación del caudal de los niples.
  3. A las 12 y 24 horas de la llegada, verificar la presencia de alimento en el buche como indicador del consumo de agua y, por tanto, de alimento. Lo deseable es que sea ≥90% con alimento en forma de papilla. Si está vacío, son malas noticias. Si presenta mucha agua, el ambiente está caliente, pero si hay poca agua, es que el agua está caliente o hay una mala regulación del niple o presión del agua.

Puntos para considerar en la cloración

  1. No olvide añadir cloro al agua.
  2. Al clorar el agua, se debe saber que el ácido hipocloroso (HClO) es más eficiente como bactericida que el hipoclorito (OCI).
  3. No se pueden usar medidores de cloro de piscina porque da cloro total (hipocloroso más hipoclorito).
  4. Se recomiendan los aparatos que miden la oxirredución, pues determinan cloro residual libre del agua. Las tiras o la ortotolidina no distinguen entre OCI y HClO.

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