El bienestar animal como herramienta ¿de marketing?

La duda radica en si es el consumidor el que presiona para el bienestar animal o si son los grupos de intereses particulares, pero ¿con qué finalidad?

Por lo general, hay varios tipos de consumidores. Está el consumidor directo, que es la persona que va a comprar el huevo al mercado, y está el consumidor empresarial, es decir, el restaurante, las cadenas de hoteles, el que vende al por menor y los supermercados. Por lo general, estas empresas —los grandes compradores— utilizan el bienestar animal como herramienta de marketing. “Dicen que son amigables con el bienestar animal, pero no tienen ni una sola gallina. Le exigen al productor que cumpla con ciertos requisitos que muchas veces ni siquiera están basados en la ciencia”, afirmó el Dr. Roberto Becerra, presidente de la Asociación Chilena de Bienestar Animal (ACBA).

“Conozco de cerca algunos estándares específicos”. Hay algunas grandes cadenas de restaurantes que tienen exigencias completamente inauditas, fuera de la ciencia del bienestar animal. “Por ejemplo, una cadena de restaurantes de Chile, dentro de la lista de chequeo para cumplir el bienestar animal, tiene estándares para el ruido ambiental en la zona donde están los animales, lo cual está bien, pero la forma de medir el parámetro es la incorrecta. Lo que ellos exigen es que se escuche una conversación entre dos personas, si no se escucha la conversación, es un desvío. Es una exigencia que no tiene ninguna base científica, completamente intangible”.

Lo importante es ver cuál es la relación entre lo que pide el consumidor y cómo se refleja eso finalmente en los costos de producción de las empresas y, en consecuencia, en el producto en el punto de venta.

Bienestar animal con productividad

La ACBA fue creada con el objetivo de apoyar a los productores pecuarios en el tema del bienestar animal. “Estamos convencidos de que el bienestar animal tiene que respetarse, tiene que cumplirse. Creemos que es algo que, en esta época, las empresas deben responsabilizarse para evitar el sufrimiento de los animales, pero siempre mirado desde un punto de vista científico y productivo”, afirmó el titular de la ACBA.

Antropomorfización

Muchas veces, estas exigencias —ya sea de los mismos grandes compradores o de las ONG que tienen un corte más animalista— no se basan en ciencia, señaló Becerra. “Por lo general, se basan en la antropomorfización de los animales, en otorgarles características humanas”. Lamentablemente, es mucho más fácil transmitir esto que la verdad o que la ciencia.

En este punto se toca una fibra sensible. “La antropomorfización es ponerse en el lugar del otro. La cuestión es que ponerse en el lugar de un animal, pensando que está encerrado o que no tiene acceso al campo, se tiende a equiparar con un preso”.

Según Becerra, “para los animales es distinto”, no es tajante. Un animal, por lo general, está bien si tiene una buena alimentación, si está cómodo, si puede generar pautas de comportamiento normal y en eso es lo que las empresas deben trabajar.

Más espacio o compensar

Es evidente, de acuerdo con el especialista en inocuidad alimentaria, que las gallinas encerradas están incómodas. Una cuestión que tendríamos que trabajar es en darles más espacio, pero “se les puede dar más espacio o compensar”.

En bienestar animal, muchas veces se puede hablar de compensación. Es decir, si en realidad para los animales fuera tan importante estar confinados o estar en libertad, no podríamos producir porque se afectaría la producción.

Por otro lado, un animal no puede estar sin alimentación, pues morirían o dejarían de producir. En cambio, de entre las prioridades de las necesidades de los animales, expresar un comportamiento normal “es menos importante que una buena alimentación o una buena sanidad”.

Esto no debe malinterpretarse. “Estos aspectos sí son muy importantes, pero no vitales”.

Cambios, paso a paso

Los grupos de presión deben tener en cuenta que generar un cambio tan inmediato no es tan fácil. Requiere de tiempo y es importante hacerlo a largo plazo.

“Las gallinas ponedoras en jaulas tradicionales deben desaparecer porque sí, efectivamente, generan sufrimiento a los animales. Pero no se puede hacer de un día para otro”, sentenció Becerra.

El presidente de la ACBA consideró que los mismos productores que tienen jaulas tradicionales hoy en día tienen herramientas para poder hacer mejoras, manteniendo el mismo sistema. Es necesario empezar a trazar —en un tiempo determinado— un cambio para mejorar estos otros aspectos que son menos vitales para los animales.

Las grandes producciones no pueden esperar

En países como México, con 159 millones de gallinas, Brasil, con 105 millones, o Argentina y Colombia, con 44 millones de ponedoras cada uno, resulta sumamente difícil cambiar esto de un año para otro.

En Europa, tuvieron que pasar entre 10 y 12 años para que se pudieran generar cambios importantes, ya fuera a cage-free (libres de jaulas) o con jaulas enriquecidas, añadió Becerra.

Es innegable que los productores latinoamericanos necesitan dar pasos hacia ese cambio. “Tenemos que visualizarlo y ponernos metas a mediano o largo plazo que deben cumplirse. No podemos seguir esperando”, indicó.

Chile: pionero en tierra fértil

En Chile, todavía hay poca actividad de algunas de estas ONG más radicales. “Nuestra posición como Asociación Chilena de Bienestar Animal es distinta a la de los animalistas. Nosotros apoyamos la importancia de la productividad. No obstante, siempre se puede mejorar y siempre se puede hacer algo por el bienestar animal”.

Es importante notar que la ACBA no aboga por que cambie el sistema a corto plazo, pero sí por que haya una mejora en el sector productivo.

La ACBA está compuesta en un 99 por ciento de veterinarios, aparte de algunos agrónomos y periodistas. “El grueso son veterinarios, cuya gran mayoría trabaja directamente en empresas productoras de carne de ave, carne de cerdo o lechería, o son veterinarios asesores y consultores”. Además, cuentan entre sus miembros con veterinarios profesores e investigadores universitarios.

Que se tenga conocimiento, no hay ningún otro país en Latinoamérica con una asociación similar, dedicada al 100 por ciento a este tema en animales productivos.

A tomar el toro por los cuernos

El bienestar animal es un tema del que no podemos escapar. Está en manos de los productores, en especial, de las distintas asociaciones donde se han regado mitos. “Se ha generado un halo en torno a él de muchos mitos”.

Está la idea en el lado del consumidor de que los animales están prácticamente sufriendo todo el día, conectados a sistemas que los alimentan y cosas por el estilo. “Este es uno de los desafíos: educar también al consumidor, al comprador final y a las grandes cadenas de compradores”. No es por marketing, es por el bien del animal.

X